lunes, marzo 31, 2008

En Breve

Me siento frente al cigarro y mientras fumo mi soledad acobardada espero el final de mi espera. Como derrumbado el blog está solitario. Yo espero el final de mi espera. Lavada por la lluvia la noche se va en suspiros y fragancias. Los perros de mentira ladran sus canciones inverosímiles. La luna se esconde para no verme la cara. El Hambre aumenta mientras los gordos sueñan. Y yo espero el final de mi espera. Algunos me hablan, yo a veces hablo. Los libros no se leen solos, la tarde ahora lejana no es lo que solía ser. Vuelvo a la plaza, pero nada es lo que solía ser. Recuerdo como yéndome por un tubo. Una luz, a medias, otra luz, aún peor. Los bares de mi alma cierran como por feriado o por duelo. Y espero el final de mi espera. Oigo la estatica del pensamiento colectivo, aveces lloro, porque no entiendo. El teléfono estará fuera de servicio. La madrugada pesa en los hombros, te reís de mí. Cae una fina llovizna tierna, se mojan las horas. Tantos ojos, tantos días. Y yo espero...


domingo, marzo 30, 2008

Para Mary Jane

Sé que no pasaras por acá
Sé que no vendrás más por mí
En el viento hay hojas todavía
Que vuelan, tristes y lejanas.

En mi cuerpo hay huellas heridas
Que preguntan por tus ojos de ciervo
En mi mano hay rosas podridas
Que te recuerdan, ay te recuerdan en vano

Y bien, tendré que seguir adelante
Tropezando a cada paso con tu imagen
Volveré si puedo al camino del sol
Cargando con la sombra de tu piel alucinante.

Pero siempre habrá un camino de vuelta
Donde todo puede ser mejor que ayer
Donde el río besa a la gran serpiente
Y el amor no es una luna que esta pintada
en el cielo

viernes, marzo 28, 2008

Eclípse


Forma felina sobre un muro.
Canto de cobres por un sendero vacío
que se va llenando de vos
de tus luces, de tu perfume.

El humo de tu risa histerica me envuelve.
Cierro los ojos y te veo como una sombra
que se va llenando de mi
de mis deseos, de mis horrores.

El barco baila sobre el tiempo
Somos prisioneros de nuestro destino de poetas
El Aguila nos mira de reojo, nos estudia.

Yo me retuerzo en un deseo catastrofico
Pienso en tus palabras frescas,
en tu invitacion a la ventosa playa de la noche.

La luna meguante pega un alarido de cuervo
que rompe los cristales de lo establecido
mientras naufrago en la idea de tu cuerpo
y hiervo en el caldo de mi distancia verde.

Me acerco,
respiro,
rio de nervios.

Sortilegio

Y yo que caminaba sin sombra por la tarde de venas abiertas buscando un nombre en las paredes de la soledad. Y yo que me retorcía de ganas de saber como sería encontrarte así, tan de golpe, tan de asalto. Nunca imaginé que sería así, tan divertido y alucinante. Tan cegador y fascinante que no pude menos que arrojarme sin paracaídas en la inmensidad de tus ojos marrones, en la claridad sin fronteras de tu sonrisa abierta como unas alas de gaviota perpetua. Lloro, lloro de locura por ésta noche colmada de señales que me llevan a tu cuarto de nena grande, que me llevan sin que yo lo sepa al estampado de tus hojas y la árboleda de tu tinta y tus letras. Tiemblo de ansiedad por sabera ciencia cierta lo poderoso de nuestro salvajismo sin escrupulos. Le temo a la oscuridad de tus horas perfumadas, al terremoto de tu vientre. Pero a la vez lo deseo con todo el cuerpo, con toda la cabeza, con las manos y los labios, lo deseo con todas mis fuerzas de animal adormecido, el temblor de tus párpados sobre mis manos lentas, el canto de tu piel bajo las estrellas perversas que animan el fuego que me consume desde antes, que soplan la brasa de mi condena de espera siniestra, de reptil cazador al acecho infinito. Los minutos corren, el reloj lo sabe todo, la arena se cae sin remedio por el tiempo y pronto estaré ahí, a tu lado tibio.

Para L.

miércoles, marzo 26, 2008

Poema para una gaviota.

Me levanto entre el gris de la mañana
y te busco.
Estás perdida por los ecuadores sin nombre
y no me llamas.
La tenue alegría de un lento juego insensato
y sin premios.

Los cuchillos sobre la mesa hablan de sombras
y de barrancos.
Camino por la pared de tu alucinada mirada ciega
y sin retornos.
La aparición es incierta, la encarnación, la vuelta
y la espera.

Desciendo por las lineas de tu recuerdo
Torpe me incinero rogandole al vacío
Mientras creo que algo es posible
y me desnudo
y tiemblo
y hablo solo
y camino.

martes, marzo 25, 2008

The Darkest Star :: Depeche Mode


Oh you sad one Playing the Angel Isn't so easy where you're from Oh you wild one Devil's companion You won't stay satisfied for long I don't want you to change Anything you do I don't want you to be Something else for me Oh you dark one Eternal outsider Caught in the spider's web you've spun Oh you blind one Gentle and kind one Seeing the world as a loaded gun I don't want you to change Anything you do I don't want you to be Someone else for me Stay as you are The Darkest Star Shining for me Majestically

Oh tú, triste. Jugando al ángel, No es tan fácil de donde vienes. Oh tú, salvaje. Compañera del diablo, No estarás satisfecha por mucho. No quiero que cambies Nada de lo que haces, No quiero que seas otra cosa para mi. Oh tú, oscura. Eternamente por fuera, Prisionera de la telaraña que tejes. Oh tú, ciega. Amable y bondadosa, Viendo el mundo como un arma cargada. No quiero que cambies Nada de lo que haces , No quiero que seas otra cosa para mi. Quédate como eres, La estrella más oscura. Brillando para mi Majestuosamente.

martes, marzo 11, 2008

Más


La noche, otra vez la noche como lo que es, noche, noche por todos lados. Las flores tiernas del día han dejado su triste fragancia, por los cardumenes de brisa han quedado los dejos de su bosque. La tierra, la tierra fina que cubre los pálidos semblantes nos recuerda a una infancia distante e inasible. La seca vino y se fue, dejando su anhelo de lluvia por los rincones tristes de lo que alguna vez pasó. Yo extraño a mi barrio, aquel monte salpicado de calles mágicas donde alguna vez nos besamos y nos gritamos, extraño el húmedo paraíso de la plaza de los muertos, extraño su musgo vivo, su lunes de nochecita, su salida del liceo hacia un mundo que no es el mismo ahora, un mundo de hierbas sensuales, de aire gomoso, de perfumado vino nocturno. Yo extraño la forma en que la errática rutina se explayaba por sus bancos de hormigón regalándonos poemas y flores, oscuridades y tormentas, estrellas y escarchas, polvo y quemaduras. La cosa es ahora que salgo y nada está, solo yo, con ésta mochila de hierro en la que guardo el recuerdo hermoso de sus horas regaladas, tanto paseo de madrugada, tanta vacilación, tanto amor, tanta pavada... ahora no está más, como tantas otras cosas. Las personas que lo recuerdan como yo, también se han ido tan lejos que ni siquiera se oyen sus pasos en esta noche otra vez noche, noche igual a si misma porque el universo no tiene tiempo, noche que nos avisa que nosotros sí que lo tenemos, y nos avisa que se puede añorar, añorar y sufrir por lo único e irrepetible de los amores del verano sin sucumbir a la muerte por nostalgia, a la herida por quemazón de la memoria que juega tristes zancadillas al pasar, que nos apunta con su arma sin regresos, que amenaza más cambios y más deformaciones y más esperas y más canciones silenciosas que no hablaran de nada ni de nadie y hablaran de todo y de todos, más mañanas de aliento fresco, más césped engalanado por la helada del amanecer y por sobre todo más melancolía y más recuerdos...


lunes, marzo 10, 2008

Un Medio Volver


Allá afuera alguien todavía está aullando de dolor por el último filo de mi oído, siento la mirada sombría, los brazos pesados, la respiración lenta y profunda como un primitivo animal montuno sumergido en la capitulación pétalos de margaritas que llueven a su vez, desde lejanas cascadas. Espero, eso sí, sumido en mi inacabable paciencia de ser solitario, embriagado talvez con el sueño de la madrugada profunda, con el sueño insuperable de la noche cerrada de marzo, que pesa en los párpados como un tropel de burros salvajes. Allá afuera alguien cesó en su sufrir, veo el mundo más silencioso, siento menos latidos en la nave de mi pecho, me doy otra vuelta en la cama, la voz me llama, ineludible... Es mi destino, que no puede esperar ni un segundo más.

Luna y Panorama de los Insectos :: F.G. Lorca


Mi corazón tendría la forma de un zapato
Si cada aldea tuviera una sirena.
Pero la noche es interminable cuando se apoya en los enfermos
Y hay barcos que buscan ser mirados para poder hundirse tranquilos.

Si el aire sopla blandamente
Mi corazón tiene la forma de una niña.
Si el aire se niega a salir de los cañaverales
Mi corazón tiene la forma de una milenaria boñiga de toro.

Bogar, bogar, bogar, bogar,
Hacia el batallón de puntas desiguales,
Hacia un paisaje de acechos pulverizados.
Noche igual de la nieve, de los sistemas suspendidos.
Y la luna.
¡La luna!
Pero no la luna.
La raposa de las tabernas,
El gallo japonés que se comió los ojos,
Las hierbas masticadas.

No nos salvan las solitarias en los vidrios,
No los herbolarios donde el metafísico
Encuentra las otras vertientes del cielo.
Son mentira las formas. Sólo existe
El círculo de bocas del oxígeno.
Y la luna.
Pero no la luna.
Los insectos,
Los muertos diminutos por las riberas,
Dolor en longitud,
Yodo en un punto,
Las muchedumbres en el alfiler,
El desnudo que amasa la sangre de todos,
Y mi amor que no es un caballo ni una quemadura,
Criatura de pecho devorado.
¡Mi amor!

Ya cantan, gritan, gimen: Rostro. ¡Tu rostro! Rostro.
Las manzanas son unas,
Las dalias son idénticas,
La luz tiene un sabor de metal acabado
Y el campo de todo un lustro cabrá en la mejilla de la moneda.
Pero tu rostro cubre los cielos del banquete.
¡Ya cantan!, ¡gritan!, ¡gimen!,
¡cubren!, ¡trepan!, ¡espantan!

Es necesario caminar, ¡de prisa!, por las ondas, por las ramas,
Por las calles deshabitadas de la Edad Media que bajan al río,
Por las tiendas de las pieles donde suena un cuerno de vaca herida,
Por las escalas, ¡sin miedo!, por las escalas.
Hay un hombre descolorido que se está bañando en el mar;
Es tan tierno que los reflectores le comieron jugando el coraz´n.
Y en el Perú viven mil mujeres, ¡oh, insectos!, que noche y día hacen nocturnos y desfiles entrecuzando sus propias venas.

Un diminuto guante corrosivo me detiene. ¡Basta!
En mi pañuelo he sentido el tris
De la primera vena que se rompe.
Cuida tus pies, amor mío, ¡tus manos!,
Ya que yo tengo que entregar mi rostro,
Mi rostro, ¡mi rostro!, ¡ay, mi comido rostro!

Ese fuego casto para mi deseo,
Esta confusión por anhelo de equilibrio,
Este inocente dolor de pólvora en mis ojos,
Aliviará la angustia de otro corazón
Devorado por las nebulosas.

No nos salva la gente de las zapaterías,
Ni los paisajes que se hacen música al encontrar las llaves oxidadas.
Son mentira los aires. Sólo existe
Una cunita en el desván
Que recuerda todas las cosas.
Y la luna.
Pero no la luna.
Los insectos,
Los insectos solos,
Crepitantes, mordientes, estremedcidos, agrupados,
Y la luna
Conun guante de humo sentada en la puerta de sus derribos.
¡¡La luna!!
Federico García Lorca

viernes, marzo 07, 2008

Poema de la triste Visitante

Decorado de palacio,
En la lejana tarima,
Un rubor denso en la noche,
En los minutos de un alma,
Una carica.

Temblando por las aristas
Ya se van tus sedas finas,
Envueltas en terciopelo
Sobre la tarde marina.

Llueve y te desenvuelves
En mi sueño, para mi,
Sobre una mano abierta,
Sobre la figura repetida de tu sonrisa.

Caen las últimas estrellas,
Y mi mirada es arena fina
Por los quilombos del tiempo,
Por su eje móvil, su estática de siglos.
Su mansa pesadumbre de fiera.


Ahora las agujas que muerden la carne
Se preguntan por las sombras
Que abandonamos a su su rara suerte,
Nosotros en el pálido palacio, rodeados,
aceptamos la repetición infinita de tus espejos.
Y bebemos en silencio el olor del incienso
Y sus imposibles volutas de vorágine eterna.

Ven aquí, el tiempo es nuestro


jueves, marzo 06, 2008

Una Despedida Más


La noche tritura el recuerdo de aquellas pocas horas felices. Por las rutas vacías de marzo los ecos del verano se van volviendo una reminiscencia enrarecida por el patinar de la memoria, imagino aquellas callecitas de arena, ahora invadidas por el espectro doloroso de la soledad. Una nube alta se arrastra por debajo del océano de estrellas que parpadean como felices en su inmensa libertad de águilas. Sin embargo, en éste paño de otoño que se acerca a pequeños pasos, todas las sonrisas de aquella rambla esplendida parece ya un decidido irse al carajo por los pretiles de una despedida violenta. Y bueno, todo se ha dado vuelta en menos de lo que un hombre se da cuenta que está lloviendo. Todo lo que quedó de aquel palacio donde eramos los reyes y dueños de toda nuestra felicidad es un rencor amargo por el desfiladero de astromelias que crecieron a la sombra de tu odio primitivo y sin sentido. Tal vez me recuerdes algún día, en tu lecho de casada, me evoques con soberana indiferencia y te des cuenta que caíste en la trampa de la nostalgia, pero para entonces no quedará ya nada, ni tu pudendo rencor ni mi sombra borroneada por el páramo del cielo abierto. Entonces querrás hundirte en mis brazos o hacerme estallar de una vez por todas... pero no podrás, porque el tiempo arrancó de cuajo las alas de nuestro ángel de palabras y cigarros de la madrugada. Y no habrá nada, nada que puedas hacer para torcer el rumbo sinuoso del pasado, tal vez yo recordaré la noche de año nuevo en la que quería amanecer al amparo de tu museo de sensaciones vivas, a la sombra de tu ternura de mamífero oloroso a sales de baño. Tal vez te recuerde otra noche como ésta, y piense en lo que pasó como otro acertijo sin respuesta del que ya no me preocuparé más. Mientras lo que pudo ser se irá desarrollando en ese otro universo donde pasa todo lo que rechazamos por temor, o negligencia o soberbia o vacilación, pero para ese entonces tampoco encontraré tu sombra de argamasa mandándome mensajes de texto, ni pensándome y sintiéndome acaso acostado en tu somier de plaza y media, ni una película de Almodovar que me haga suspirar por tus segundos de maestra, ni nada, ni nada de nada, solo un silencio y una evocación a medio terminar. Con esto me despido para siempre de aquello que me hizo feliz una mañana de enero y no te deseo suerte porque se que la vas a tener, pero no conmigo, ya nunca más.

Dangerous Thing :: By el Sr. N

La cuestión de las cosas es intentar llegar a lo que es generar una sustancia capaz de envenenar, digo, valga la redundancia, de abofetar, de...de asimilar la sintesis inmaculada de lo que podriamos decir que puede llegar a ser tal vez, la forma que se acomoda en las figuras que nacen desde lo absurdo de lo que yo creo llamar lo que me parece de lo que se parece un poco a lo que creo saber que puede llegar a ser lo que es, un poco, la cosa, la cosa nostra. La cuestión de las cosas también podríamos decir, deducir, que puede llegar a ser el cuidado con aqui el sujeto en cuestion, la realidad, la cosa, la forma sin forma que se forma valga la redundancia, en otras formas formadas por ondas de mayor poder adquisitivo, sin dudar que la podemos llamar de alguna manera, la cuestion de lo que se ha formado aqui en realidad, lo infinito de la sintesis que alberga lo que puede llegar a ser tal vez, no se aun que sucede aqui por cierto. La cuestión de las cosas finalmente podemos deducir de lo aqui visto y analizado en la forma en si, que no se deduce tal cosa por consecuencia del desprendimiento de los hielos polares de las formas derretidas de nuestras aristas de la esfera redondeada de las figuras ya mas opacas que buscan intentar acomodarse en ramas de cultivo ajeno, llamemosle la ciudad en llamas apasadumbrada de haber recibido la cuestion, la forma desformada que nos contagia con su deformidad bulimica que llega hasta el mas allá de la luz y la sombra, de lo ajeno y lo propio de la cosa. Si bien la tangente derivada de la cuestion de lo que significa el debate en torno a lo que podria ser la forma que desintegra las cosas de una forma tan estupefaciente que anhelamos que intentara llegar al infinito de la deformidad, podriamos concluir entorno a todo lo ya analizado, interiorizado
anteriormente, que con una intensidad radioactivamente hablando, cosmica al atardecer, estamos de pie enfreantados a la sintesis, a la cuestion de lo que se forma cuando te formas en una forma formosa, cososa, perturbosa, mocosa. Intentas vislumbrar la luz de la luminosidad ajena de la luz propia pero te das cuenta de que tu enormidad de tu gigansotisad de tu interioridad internada, es mas veloz que aquella luz que se formo en formosa a la cuestion de la sintetización de lo perturbado por la atmosfera. Por eso es que tenemos que tener cuidado con la c.o.s.a, digo, no se...

miércoles, marzo 05, 2008

Fórmula Felina para el Mal de Amor


Creímos que el mundo era una fragua para los minutos de la brisa, vimos la piel erizada de los transeúntes ciegos que cruzaban la calle en gigantescas manadas lentas. Probamos el doloroso sabor metálico de la corriente eléctrica mientras escuchabamos a los gallos de vidrio del alba romperse la boca contra los colores que iban emanando del horizonte, todo se cristalizó y nosotros naturalemente no nos conocíamos, pero pasó. Las cosas más simples de la vida fueron tornandose entonces en intrincadas claves cifradas para prever el futuro de los gatos de nuestro destino, hasta sus últimos pasos de niebla sobre la azotea nocturna de la ceniza, pero las pistas de mi corazón se hallan hundidas tan adentro de mis ojos. los cuales ni siquiera has podido ver en profundidad, y mira que yo entiendo porque te da miedo asomarte a los abismos de mi alma. Pero hoy, fuera toda idealización me invade una nostalgia limpia por todo lo que no pudo ser, por todas esas sombras que se hundieron en el océano de las palabras truncas de los labios de sangre y no quiero que vos seas algo de eso. Me abrazo de tu posibilidad como a una nueva salvaguarda del universo donde puedo pasar si quiero, con solo intentar imaginarlo, todo el invierno escribiendo cartas de amor o temblando de fiebre en la cama de tus indirectas que se van por tangentes hasta un punto indefinido por detras de mi frente que suda tijeras por la posición de tus brazos sobre el colchón perfumado por tus sueños más profundos. Intento dejarme ir hacia los confines de una posibilidad pero entiendo, no hace falta que me lo explique nadie, que vos sos un dibujo de lapiz sobre la etérea masa de demencia que te rodea, que te ata a tu árbol de dolencias domesticas y males metafísicos. Muñeca! quiero que sepas que padezco la ominosa amnesia del enamorado precoz, su doliente e inacabable espera, su fulminante atragantarse con el alma que intenta huir por la boca en tu búsqueda desesperada. Quiero que entiendas que el mundo se está desplomando porque no podemos estar juntos, que la lluvia son lágrimas eternas que no pueden aceptar que no estemos juntos, que lloran porque saben que algún día lloraremos nosotros por no haber aprovechado éste marzo de uvas maduras y césped atigrado de verdes deseos. De todas maneras se que hay un posible desenlace feliz para mi espera de mula golpeada en el corazón por los mil quebrantos que me han dejado éste gusto multicolor en el paladar machucado de besos sin frutos y noches solitarias... creo en vos, pero espero en la más pavorosa inseguridad, las palabras que determinen el rumbo de los vientos que soplan desde tu cabellera de dama eterna.

Reflexiones :: Gabo


"... No había terminado de desenvolver los regalos cuando Rosa Cabarcas me llamó por teléfono con una pregunta que yo no quería oír: ¿Qué te pasó con la niña? Nada, dije sin pensarlo. ¿Te parece nada que ni siquiera la despertaste? dijo Rosa Cabarcas. Una mujer no perdona jamas que un hombre le desprecie su estreno. Le alegué que la niña no podía estar tan agotada solo por pegar botones, y tal vez se hiciera la dormida por miedo del mal trance. Lo unico grave, dijo Rosa, es que ella cree de verdad que ya no sirves y no me gustaría que lo ande pregonando por los cuatro vientos"

Gabriel García Márquez

Vulgaria



lunes, marzo 03, 2008

Retro Fest !!


Decir que todo empezó en el ascensor sería faltar a la verdad porque todo empezó realmente hace demasiados años atrás enfrente al multi ahorro de Sayago. Pero esa noche de lluvia insidiosa e intermitente, todo empezó en el ascensor cuando todavía era de día. Hay tantas cosas que podría decir para contextualizar, pero no, no voy a contextualizar porque la naturaleza misma del asunto tiene como eje la dislocación momentánea de los contextos. Bajamos a la almacén, desde un principio lo supimos, complicemente, por eso los dos accedimos al unisono a no llevar a los niños que lloraban por acompañarnos, hábilmente dispusiste que se calmaran y se retiraran a sus juegos donde no había lugar para sentimientos como el que nos invadía por saber que ese viaje en ascensor sería el desencadenante perfecto y natural para lo que sucedería a continuación. Bajamos, sentí como tu percepción agrandaba mi cuerpo hasta hacerlo ocupar la totalidad del estrecho recinto, te vi pequeñita en el fondo de un rincón con una risa tímida que lo decía todo. Pude resistir la primera tentación de amotinarme sobre tu cuerpo delicado y oloroso a flores selváticas. Antes que pudiera decir nada llegamos a la planta baja. Narrar el resto sería una ociosidad, cruzar al super, comprar, volver. Cuando subíamos ninguno de los dos podía ya contener la fiebre de patadas eléctricas que nos estrangulaban las tripas, me acerqué sin darme cuenta, saltaste a mi como un animal primitivo con un hambre milenaria y una humanidad que provocó en mis huesos un rumor de incendio forestal, tu boca tenía el vivo gusto de la sangre, el ascensor era un horno donde no se podía respirar, al ver que llegábamos me anticipe a volver a marcar planta baja y luego nuevamente el séptimo. La travesía fue delirante y ya no cabía en mi sitio cuando note que tu cabello había erupcionado como una playa borrada por el vendaval de junio. No sé bien como, pero diez minutos después te estaba guiando al ultimo tramo de la escalera, donde la soledad que produce la salida a la azotea preparó un insuperable remanso para darle rienda suelta a la actividad sísmica de nuestros vientres enfurecidos. Te dí, sin medir la gravedad de la fuerza que usé, contra la pared silenciosa que nos miraba sin pudor, sonreíste diabólicamente. Con una mano ansiosa sequé el sudor de hielo que me empapaba la frente ya con el anuncio irremediablemente formulado. Tu respiración demoledora cortataba mi aliento en la búsqueda de un silencio mortal que era imposible, primero por la cantaleta de huesos que crujían con el espasmódico vaivén de mi masculinidad y segundo por los chillidos de gata que te hubieran roto las entrañas si los contenías un segundo más. Todo perdió su forma entonces y solo existía en mí una necesidad apremiante de lamer, de libar, de mordisquear todo tu universo de pétalo pálido erizado, toda tu figura de animal imperial que jugaba con sus lineas a su antojo, quebrandome de raíz en un placer casi olvidado, los cimientos del edificio temblaron de pavor mientras duró el asalto que nos dejaba sin aire en los pulmones, con el corazón hecho una pasta de sangre en la garganta. Te herí de muerte mientras me llevaba los dedos a la boca para probar la realidad indiscutible de aquella tormenta de amor contenido, de aquella parodia de años mejores, pero con una ansiedad y una voracidad jamas antes vistas. De pronto entre tanto murmullo ensordecedor, tanto manejo de partes olvidadas, y tanto almíbar de lenguas ahogadas perdí el conocimiento de la realidad y todo fue un estallido de luz, una explosión de sabores metálicos y blandos, caí de rodillas no pudiendo menos que besarte, donde fuera, no importaba... Qué me hiciste, preguntaste, y yo sin poder darle voz a mi agradecimiento por haber nacido, dije "eh?" y vos, enredada en la telaraña de la pasión consumada respondiste en un susurro: "me llenaste". Entonces entendí de pronto porque lastima tanto la soledad y porque el hombre le tiene miedo a la muerte...

Mañana en el Abasto :: Sumo

Mañanas de sol, bajo por el ascensor
calles con árboles chica pasa con temor
No tengas miedo, no, me pelé por mi trabajo
las lentes son por el sol
y para la gente que me da asco...


No vayas a tu escuela
porque San Martín te espera
estás todo el día sola
y mirás a mi campera

Tomates podridos
por las calles del abasto,
podridos por el sol
que quiebra el asfalto del abasto.

Hombre sentado ahi
con su botella de Resero
los bares tristes vacíos ya
Por la clausura del abasto.


José Luis y su novia
se besan ahí por el abasto,
yo paso y me saludan
bajo la sombra del abasto.

Mañanas de sol, bajo por el ascensor
calles con árboles chica pasa con temor

Parada Carlos Gardel...
es la estación del abasto.
Sergio trabaja en el bar
en la estación del abasto
piensa siempre más y más
será por el aburrimiento

Subte línea b
y yo me alejo más del suelo
y yo me alejo más del cielo tambien
ahí escucho el tren
ahí escucho el tren
y estoy en el subsuelo...
y estoy en el subsuelo...

Mañana de sol, bajo por el ascensor...
calle con árboles...


(unica versión completa de la letra en toda la red)

domingo, marzo 02, 2008

Pausa

La lluvia hace una pausa en nuestros corazones, se escucha la voz de alto. La casa tiembla de sueños olvidados, nace una flor, nadie respira. Entonces las ranas rompen nuevamente con toda su potencia anfibia y la noche se pinta otra vez de un gris pálido e intenso, salimos del letargo y nos damos cuenta que otra vez el año está empezando a acabarse. El repecho... como siempre, como nunca, es muy empinado, pero por suerte mamá nos regaló los zapatos de alpinista que pensamos que nunca íbamos a usar, mira vos!



Recepción de Marzo


Con la ultima reserva del sábado, vuelvo a casa el domingo enterrándome con cada paso en el alba de aves y nubes, me encuentro con marzo. Marzo, con su fantasía de liceo y su perfume diestro y delicado, con su brisa fresca y su primera insinuación de escarcha. Vuelvo de la noche con las alas decaídas y las manos temblorosos, confundido, asustado porque no estas acá todavía. Pienso en febrero y en la proliferación de su carnaval de vino con coca, pienso en sus flores silvestres, en sus horizontes pardos de arena en la playa de Valizas y me encuentro, me doy de frente contra éste marzo, con su tibia anunciación de invierno, con su destello ocre de inicio de ciclo poético y año lectivo, arrastro los pies, apenas, conmovido por la ausencia de tu cuerpo en mis sabanas y voy dándole otra vuelta a la llave de mi silencio, espero por los rincones y mientras río, sufro, mientras miro, me voy quedando dormido, mientras vuelo, aterrizo en la ausencia de tu figura recortada del cielo, en la falta de tu rancho de voz y armonía.

sábado, marzo 01, 2008

Excavación


Aveces, detrás, debajo, sobre.
Los ojos de la araña se asoman
Despuntando en el monte de la cama.
El recuerdo se condensa y disuelve.

Eso que era un sentimiento simple
Es ahora una prescencia tangible y viva.
Vuelve como una resaca de olas eternas,
Vuelve como una respuesta solitaria.

Montada en mis ausentes discursos,
Eclipsada por una verdad que arde
Te levantas en armas contra mis molinos
Lejanos, dolorosos como tu belleza.

El grito de mi corazón agrieta el yeso
Destruye los vasos, y solidifica el agua.
Gira insidiosa mariposa sobre sueños
Yo todavía busco la salida de tu laberinto.


Recuento encriptado (??)



Es cierto, esa noche fué particularmente calurosa y el vidrio picado que tiraban los seres ancestrales sobre las rosas de nuestra conversación, delataban malos presagios para los corazones de febrero, las cosas volvían a su fuente transoformadas en otras cosas, las sabanas en viejos cuadros de cortesanas, el aliento en polvo, el aire vuelve en forma de telaraña, tu mirada en una forma incomprensible, casi derretida, casi de diamante, casi de papel, a medio terminar y sin firmar. Bueno, cuando la luz de la luna solpó sus propias velas y la oscuridad se esparció como una tierna mano de barro sobre el ámbito perfumado de tierra húmeda y despedida, yo comencé a leer un diario del mes pasado y me dí cuenta, cuando ya no pude contener las lágrimas, que había muerto una mujer y que en su lugar un pálido lirio dacaído había comenzado a adornar el living de su casa. Mientras tanto vos, en tu otro mundo de luces de colores y cerveza o whisky con speed, te amasijabas en tu otra forma, ausente de mi, carente de eso que mi cuerpo desea coronarte, fileteada por una aurora de ácido y por la sombra de tus infinitas luces. Vos, sin embargo sabiendo poco y nada de todo esto, tambien experimentabas los desafueros del despecho buscando mi antigua figura entre el dispensador de las papas, en el sundae de frutilla, en los gorritos y las caras de culo de la gente que escupe el mostrador con su trajín inagotable de mundo entero, de afueras, de soledad y de sombra. Hasta que lo encontraste, en otra sombra fántasma a treinta y siete grados celcius que creyó ser el más piola del mundo sin saber que se dejaba envolver por la densa y desalmada sombra de tu más profunda nostalgia, y condescendía con tu soledad de mil horas en el desierto.
Tambien yo, dejando a un lado mi chubasco despilfarrado de libros y fríaldad web, trasnochaba en secreto, por entre las faldas sin amor de alguien cuyo nombre no se puede pronunciar bajo ningun concepto.