domingo, noviembre 29, 2015

El turco no avisa

Nadie quiere acumular el sabor de esta madrugada
en los morrales mágicos donde se derrama el vino picante
desvelo irreal, sobre espejos que no muestran sombras
solo momentos espantados de antojos a las dos de la mañana
no se puede hacer nada sin ella, el umbral de lapacho
revela la atmósfera de la casa, decepción que derrapa
por interminables calles de balastro que marchan al este
aceras dominadas por acacias florecidas, polen volador

Hay una mano que hace viento en la penumbra
hablando de historias perdidas, en lenguaje de destellos
para la brevedad de la existencia, casi no existe
mirás para arriba y no se ven los límites del caldero
no se ve donde para, donde acaba la infinidad acechante
no parece llover más radiación, pero sí, cae desde arriba
o desde lejos, para devorar los recuerdos residuales
que van poblando este planeta. 

Quedarán canciones...
con suerte.  

domingo, noviembre 15, 2015

Rápida conclusión sin moral

Pareciera que la noche de noviembre se empañó de resonancias, está toda reflejada sobre si misma, entreverando viejas madrugadas con madrugadas del futuro. Carga la esencia absolutista del presente y a su vez nos condena a recordar, a temer, a deshojar ilusiones tras sábanas de sangre, contando las estrellas sobre el horizonte para intentar llegar a un número místico que devele nuestro destino. Vana arrogancia la de olfatear el firmamento y dejarse estremecer por la inmensidad sin deshacerse por completo. Nos agachamos ante la, no, no nos agachamos, me agacho yo ante la intensidad de esta prosa, inusitada en mí, inducida por pistilos insolentes que han desentrelazado la virtud de estar presente, gozar silenciosamente el instante y dejarse llevar al siguiente sin preguntar. Solo condensarse, tele-transportarse, re postularse, abanicar todo el interior hacia el más próximo ventanal de la conciencia y desatorarse, confesar la culpa de la existencia y reordenar las moléculas de la mente en una nueva flor de hibísco. Nada que no se pueda solucionar jugando al Winning Eleven

hombre pájaro

instante de sublimación, 
ácido desgaste, corrosión infinita
vuelo sobre árboles de mandarinas
que derriten la cohesión de la realidad
se desdoblan en múltiples silencios
tras el evento mágico de la recreación
nadie entretiene el desvelo del amanecer
pequeño pelotón de estrellas 
acumuladas, asustadas, maniatadas
correteando, huyendo, arrastrándose 
tras la estera de baba del sol
pudriéndose en la soledad sin seda
debilitando diamantes
 en la intimidad del sexo,
 de la demencia, de la infinita variedad de matices
gama de horrores, humanidad de contrastes
se asoma la herida tras la vanidad del espejo
toda una vida de sudores y arañazos 
para ir detrás de un solo instante de sublimación
esa única pizca de gloria
que purifica el alma

lunes, noviembre 09, 2015

La primer bajada

Bajar, retornar al estado sólido
entrar a la ducha y borrar los últimos rastros del maquillaje
volver a ser mortal entre la bandada de semáforos
entre el grito de la ciudad diurna
ese abrazo, postergado
es ahora un recuerdo de luz y misterio 
en la brevedad de la existencia
otra infinidad que acapara
el latido que revienta el esternón
la luna finita allá arriba, complice
los otros ojos cercanos, distantes
arriba, abajo, adentro del alma
todo es condensado en el cristal del corazón
historia de pasión sin fronteras
de amor y de lucha, de canto y de grito
de arenga, de baile y de abrazo
millón de millón de millón
primavera radiante exaltada por bacanal sin censura
faltan estrellas por venir en el reflejo de esa mirada
constelaciones futuras, sonriendo a lo lejos
aproximándose, estirándose hasta casi quebrar en nuestros sueños
abriles y mayos y junios, romper como olas
en la playa del viento, en la libertad de la camiseta
del beso estúpido al escudo de amor y de guerra
salpicadura de espuma sobre viejos retratos
y ahí entendés por qué siempre
se promete regresar...

viernes, noviembre 06, 2015

Otras levitaciones

Amenizar el aire colmado de flores
aventura por las salientes dolientes
música de cámara para el caos interior
sanación desautorizada por los dioses
bajo el camino de estrellas borroneadas
en los ojos de los perros y los gatos de la ciudad
quedan palabras perdidas en rincones insuficientes
sobriedad de un nuevo desengaño bajo la brújula 
y a cada baldosa una nueva apertura de lluvias
para cauterizar la madrugada y su torrente de memorias
sigo conteniendo el impulso del predador
entre el acolchado mugriento y la ventana del sol
sonarán teléfonos sin batería en la punta de este viernes
que no es ni por asomo similar al del año pasado
y mucho menos al del anterior
cuando caminábamos de la mano
perfeccionando dolores y planes de amor
a la orilla de aquel universo
destruido para siempre como una copa estrellada
demorarán las nuevas golondrinas en pintar
mi corazón de asombro, de suspiros y levitaciones
hasta que el alma se apague, poniéndose en el horizonte
hasta quién sabe cuándo. 

miércoles, noviembre 04, 2015

Sol de una noche de Noviembre

En la noche del entrevero
los pies sobre la luna
y una mirada secreta
de subterráneo acercamiento.

Miré tus ojos contra la luz de la fuente
una burbuja flotaba en ellos
yo tenía algo para decir
y solo podía cantar para adentro
la canción que me hace feliz.

Después, el barrido de la cerveza
la efervescencia y el ensueño de la cebada
nos pusieron en otro lugar
donde escuchamos bien de al lado
y el alma quería bailar entre cometas
y aves de la madrugada

No había ni aire ni frío ni ferocidad
ni más arrebato que el de dos pulsos contenidos
sonrientes de  haber pedido una última vuelta
y volcando sobre la mesa
la señal de una bienvenida.

Guiñadas y roces bajo la mesa
se fueron enredando despacito
en un balbuceo de las doce de la noche
y una invitación...
que terminó en tus brazos
misterio del día y del viento
que trajo aquella amplia sonrisa
vasta soledad de un mar sin palabras
entre el silencio de blandengues
y mi oscuridad de lago sin frontera
acaricié tu pelo...
e iré de nuevo,