jueves, mayo 28, 2015

Vuelta de la Ciudad Vieja

La fortaleza de la noche, sepulcro abismal para la ansiedad sin límites del espíritu. Vuelvo de la Ciudad Vieja con un pesado colgajo alrededor del cuello, creo que es el peso del sancocho de los sucesivos tiempos e historias, la agotadora multiplicidad de los meses donde viví. Me encuentro junto a amigos del pasado, junto a mi abuelo guardando el auto dentro del fantasma de un parking reconstruido. Vuelan los cuervos de la realidad, atracando el pecho, copando una a una las múltiples terrazas de mi alma. Soy de nuevo, reitero las condiciones en las que me he formado como en un espiral mutilado de pétalos cansados. Me arranco del muslo el cuchillo de los ensueños, corro el velo del enigma y me encuentro desnudo, frente al espejo de todas las cavilaciones que me robó el alcohol. Extraigo de a una las espinas de pescado que me han puesto palos en la rueda del pensamiento. Parece que hay un secreto, escondido en la profundidad de las ruletas, un juego de dardos, de naipes trucados en los que el único vencedor es el tiempo mismo, que se lleva de a racimos la certeza destructiva de los seres que habitan la constelación vasta de este merecimiento.

miércoles, mayo 27, 2015

Espantapájaros

En el atardecer de la canción
encuentro palabras y ecos
sombras de una ruta perdida
encanto de sonajeros viejos
y palabras de hule
que suelen ser inmunes
al brusco acaecer de los destinos.

Las madrugadas de piedra
nos han hecho así
tan frágiles como cristal
gritando ¡espantapájaros!
en la enormidad oscura
mientras el chasquido de unas alas
atronará la visión encantada
y los hilos dorados
se cortarán las tijeras
y desafilarán los cuchillos 
hasta el amanecer

la luna pondrá su frutilla gris
sobre nubarrones exquisitos
que amenazan el brillo del metal
y la agónica melodía del ensueño

volveremos a intentar
cuando deje de doler

sábado, mayo 23, 2015

Sábado para el olvido

Rompiendo la noche de las barras
estirando el tiempo cansado
en cada borrón
en cada silencio
pasado por agua
entristecido de dulzura
abandonado a mi mismo
paso el brazo por la penumbra
y salen chispas de cordura
en la deposición de esta falacia
esta réplica barata 
de lo que una vez soñé
soy un rechazo caminante
una involuntaria madrugada
donde los pétalos se caen
victimas del frío en mi mirada
estrellas demoradas por el tedio
balancín de la pena desollada
por cada rincón
por cada pálida habitación vacía
somos un polvo
sobre los muebles del infinito
una pátina de sombras
bajo la gravedad de las galaxias
atornillados al sillón
cada minuto sin fin
es la eternidad en bicicleta
por el degollado verbo
del ser. 

miércoles, mayo 20, 2015

Apuntarle a los delfines con armas

Susto inmediato
fuerza gravitatoria
colgajo en el cuello
como una luna 
y servicios sin soles
agasajo sórdido
entre matorrales
y un agujero de la cerradura
se vuelve un abismo
por donde se puede caer
muy bajo

Vamos, sintiendo el perfecto
derrame antiguo
un pensamiento mágico
deprecio de admisión
demasiado profundo
honda carcaza de pollo
por donde no cabe ni un dedo

Irán, por los caminos de la demencia
por la vereda rota de una alucinada sobriedad
ir perdiendo de a uno
los pétalos del girasol desintegrado

jueves, mayo 14, 2015

Pozo 770

Dentellada en el pánico
hueso madera tallado
renacer de pulseras en el silencio
para acallar la serenidad

Viento perpetua abolladura
inmigrante imparcial de medianoche
urgencia habilita estragos de estramonio
en la suave claridad de las penumbras

Sistema intocable de espejos
que van podando austeridades necias
donde rebrotarán los ojos del apio
Persiana desolada de clamor fugitivo

Verso tras verso desenredo
el insólito ovillo de nuestra eternidad
y el tiempo
macaco indestructible
feroz claridad su mirada
es arcada de fuego en la lona
mística espuma inmaterial
un abrazo que abate madrugadas sin nombre
bohemia de anís y raviol de pasadas festividades

Volverá el salado asalto de la marea
al compás de la luna
acelerado argumento que excusa
a la indómita y abusiva realidad

miércoles, mayo 13, 2015

7 nubes de mayo

Hoy a la tarde había siete nubes desvelándose en el limpio cielo de mayo, el rojizo estertor del último sol las hacía vibrar, resonando en sordo lamento se abrían, se desmantelaban, se desmigajaban frente a mi mirada atónita, embelesada, que se estiraba aferrándose a su desintegración inminente. Compré una torta frita en un puesto y mientras esperaba ellas estaban ahí, colosales y a la vez tan ligeras, desplumándose hacia el este, llevándose en su último baile, el suspiro aturdido de mis lamentaciones. El vigor indestructible de mi más íntimo motor estaba a punto de fundirse, pero he hallado en esta sórdida reinvención, la voz y versos de un tango desesperado y despiadado que viene allanando el áspero camino que va desde mi oscuridad hasta la luz de un inesperado acontecimiento. Yo también bailo, a simple vista casi inmóvil, sobre el horizonte de suceso de un hoyo negro súper masivo que ha consumido la luz diáfana de nuestros vivos sueños,  bailo enceguecido por la luz y la onda expansiva causada por la explosión de nuestra alianza sagrada.

Soy emperador de mi derrota, esclavo de mi liberación, soy el que espera por lo que nunca llegará, ansioso, atiborrado por la borra de infinitos cafés que han dejado huellas sin pisar en el caos natural de una historia de ficción que ha desgarrado la solides de todas las verdades anteriores, no hay momento en que no tiemble en esta dualidad fragorosa en la que parezco estar en dos lados a la vez, maldito, soy morador indeleble en tus ausencias, soy el fantasma de un tiempo donde todo era promesa de un atardecer tomados de la mano. Pero a su vez y en un mismo tiempo desprovisto de toda magia, soy éste, soy acá, atribulado por la congoja pegajosa que se me ha introducido por todos los espacios entre mis átomos. Entro a la ducha y a la vez estoy saliendo de tu baño, estoy acostándome contigo al tiempo que me desvelo frente a la máquina, escribiendo versos desconsolados mientras al mismo tiempo estoy callado, sufriendo de una laxa pasión, mirando TLC a tu lado. Pero quién será el real, el verdadero, el que late con su sangre espumosa. quien fuma en la madrugada mientras escribe y sueña que recuerda haber visto, a la hora del ocaso, siete nubes que se abrían y se apagaban tras desprenderse del último rayo de esta tarde de mayo.... que por suerte ya pasó. 

viernes, mayo 08, 2015

Poema del mal vecino

Sensación de palabra flotante
caja de zapatos
incrustada en la vanidad de la ilusión
Somos apenas una representación
una sombra chinesca 
sobre una de tantas proyecciones
del vasto universo. 

Por qué avanzamos
quién lo ha decidido
quien o qué fue el obsceno autoritario 
que ordenó las leyes del roble y la guirnalda
de la lavanda y la luna mágica
y dispuso en tan bizarros complejos
la clave que encandila a todas las respuestas.

Servidumbre de mi ciega devoción

puse al servicio de la causa
(que ahora se muestra reacia 

y decididamente quimérica)
de ese fuego tormentoso
de esa escuela de tan excelsos paraísos 
e infiernos plomizos de lento padecimiento
la totalidad de la desintegrada aglutinación
de mis partículas. 

Algo busqué fuera del circulo de tus dominios
algo que trasuntaba la fatalidad de mi signo ancestral
el abandónico frenesí de apatía
grabado en la profundidad de la médula
con las horrendas máscaras
que son las únicas capaces
de inscribir leyendas y advertencias
en la piedra ultima de este corazón amasijado.

Reino de exilios inventados,
podredumbre en la frondosa vid
-
vicio de mi arrogancia, solitario narcisismo destructivo
y se alza o escurre mi recortada figura de humo
contra la frialdad despiadada de otra luna abierta

La yaga en el dedo del pié
que nos sacude la modorra 
que jamás debimos haber permitido.

Por la virazón
de la Rambla Sur.

Velos de gasa sombrean la claridad de mi propia mitad de dios
dónde estará la otra
dónde pegarán la vuelta los pájaros de mi destino
dónde nacerá el próximo serrucho de la luz solar.

Mímicas tornadas poesía
dura sensación de rayo.

elixir de la bohemia 
ésta cagada soberana.


Quisiera ser incapaz de herirte
pero no lo fui...

miércoles, mayo 06, 2015

La plácida tortura del café


Armo este café con la ingenua esperanza de encontrar en su fondo, el ojo de luz que necesito en esta tarde aciaga de mayo, la ranura desnuda donde danzan las respuestas a estas flechas venenosas que cargo ahora sobre el lomo como penachos floridos. El primer sorbo y ya mis expectativas caen, desplomándose en el tibio fuego de la primer estufa del año. Errante entre las letras desganadas que escupe mi pulso incierto, soy un extraño frente al espejo partido de mis adoradas rutinas, soy un extraño vagando en el pueblo fantasma de mi pecho. Hallo el torso desnudo de la desolación, erótica venus radioactiva, marfil exuberante de hondos dolores rabiosos, el silencio entre los ecos de tantas preguntas que me hago, vano interrogatorio a mi mudo testigo verborrágico, es esta tarde el juez y el jurado de todas mis recientes acciones. Cómo saber cuando me miento, cómo descifrar el laberinto dantesco que me he deparado con saña, cuando nadaba en un bravo mar de tedio, perdido de mí mismo, me vengo a encontrar esta tarde, desnudo ante la blanca luz del monitor, atravesado por los últimos rayos pálidos, esquivo, antipático, austero en la melancolía de haber destruido ese sueño hermoso, que vos compraste, al que hubiésemos avanzado a toda costa. Decapité al cisne de aquella ensoñación perfecta con la afilada daga de mi grotesca humanidad, de mi salvaje imperfección de perro de la calle, ahora puteo por lo bajo, satisfecho por la hórrida obra de mi destructiva apatía. Vuelco y me revuelco en el tornado asesino de mis decisiones, rehén del inconsciente, pésimo, aterrado, convencido, entregado, amable y permisivo en el infierno de esta libertad que añoraba y necesitaba como el aire, perturbado y asombrado por el nefasto poder de mi metralla. Padeciendo todos los dolores que engendré menos el mío propio. Soy un solitario rey ahora, en el trono roído por ratones, sin más oro que la hora que me consume, ni más corona que la perpleja comezón de mi cabeza. Se va enfriando el café mientras un prístino haz dorado que revienta se desvanece lento sobre el Fresno del ocaso. Y yo mastico arrepentimiento y convicción, escupiendo ostras vacías de perlas metafísicas, escéptico al destino, orgulloso del abandono, aterido y desgarrado por la felicidad del deber cumplido, soy el que soy, era quien  era, seré quien pueda y abatiré a la sombra de la desesperanza que me acecha en cada esquina con la mirada perfecta de quien se sabe muerto, apuntaré la ballesta de mi indolente omnipotencia hacia los horizontes de alguna victoria y me cojeré alguna invisible quimera fantasma, en la helada prepotencia de este mes de mayo. 

viernes, mayo 01, 2015

Detalle sobre Existencia


Los brazos se estiran más allá de lo físicamente posible, el aroma del cebo de la vela envuelve la lóbrega penumbra del silencio y todo lo que antes brillaba y era tierno y próspero, hoy es una vaga reverberación en el hueco solitario de la órbita del ojo. El tiempo, gelatinoso y visceral, urdido, rocoso, desmenuzado y desplumado por la incesante consecución de los conceptos se vuelve una materia grasa que chorrea lentamente por los dedos y se pierde para siempre en el frondoso pastizal amarillo del olvido, donde los espantapájaros son recuerdos de horas felices y los cuervos son las garras atronadoras de la eternidad insaciable. Cada cual, entrenado para no ser más que un leve soplo sobre la superficie del vasto océano, intenta aferrarse a la balsa de su propia conciencia, mientras el furioso oleaje amenaza destruir todo aquello que flota, vuela o serpentea lleno de vida. La muerte, indómita emperatriz de la existencia, baila en la oscuridad más allá de esa misma vela, se desentiende de nuestras oraciones y no perdonará cosa alguna en este universo, quizás en otros pierda su fuerza natural para convertirse en polvo de otras mesas, en lluvias olvidadas sobre otros montes de fresnos, en hojas doradas de otoños que desconoceremos para siempre, pero aquí, no existe otro final, otra conclusión posible para las cosas que tienen nacimiento. Yo espero el corte comercial de este programa de televisión para seguir viviendo, repitiendome una y otra vez que sigo siendo yo, que todo esto puede ser una estúpida ilusión... pero también puede que no lo sea.