viernes, marzo 31, 2017

Segunda helada

En mi barba enmarañada
Una sola cana me recuerda a ella
Mi cabello largo
Solitario y a punto de rendición
Hace acopio de su ausencia
La junta en ideas locas
Y planes de besarla
Que no llegarán a nada 

La otra tarde
Cuando luchaba con la siesta
Me repetí "no la quiero, no la quiero"
Y mi corazón como un gato
Furioso 
Lanzaba manotazos 
Cómo de ahogado
Para llevarme la contra 
Hasta que me dormí

En una librería
Otra muchacha hermosa
Me habla de ojos
Y de novelas perdidas
Y me gusta
Y quiero quererla
Y que me quiera
Pero no es mi negrita...

Porque mi negrita
Solo existió en la brevedad
De una lluvia de verano
Solo existió fugazmente
En un abrazo de viernes santo
En un festival de murga
En una tarde de domingo
Con la luz perfecta 
Solo existió en un adiós 
Lleno de esperanza
Y de pena

jueves, marzo 30, 2017

Fuego seco por Sarandí

Fuego por fuego
Canción de sofá
Fumar en el baño
Y entre dientes
Soñar mariposas
Donde gritan culebras
Y asustan los perros

La noche se hizo cristal
Una estrella sin ganas
Durmiendo el deseo
Pasearán los relojes
Abiertos por la madrugada
Y un alba cansina
Vendrá a despertar

Los que prefieren
Los que añoran
Los que caminan
Los que tienen
Y los que agonizan

Todos son parte del duelo
Grisácea y lejana
Una voz por la tierra
Quedan brazos y muertes
Mirando un rosal.

Me asombra el silencio
Su súbito carácter
En mitad de mi dolor

Mesa india
Olor de cogollos
Perejil
Onda fugitiva
En caminos donde parece huir
La totalidad.

La verdad
La albahaca
La brevedad

Secuestro de normas
Vividez del soñar
Suena una luna fragante
En campos de salvia

La banda se lanza a por todo
Sinuoso carril de adoquines
Viejos compases del puerto
Cadencia y Jazmin maduro
Sueño de algún pescador

Banco de plaza
Y algún recuerdo
Para apalear el frío
Puré de la imaginación
Y pasos que arrastran sus ecos.

Perfume de flor y un final
Ruta y aviones

martes, marzo 28, 2017

Falsa ventana a la calle

Desde esta ciudad
Desde la concavidad
De esta noche traslúcida
Escribo lo que inunda
Cada una de las calles
Las puertas y ventanas
De mi sangre

Escribo lo que acallo
Durante el lila en la rambla
Por causa del ocaso
Escribo lo que escondo
Detrás del canto de los tambores
De la suprema tristeza de su lejanía

Lo que se duerme
Lo que urge lenta
Y dolorosamente
Todo me escucha
Mientras lo voy escribiendo

Desde esta ventana la esperé
Una noche de verano
Y ahora el viento trae su olvido
Que es otra vez arisco
Venenoso y último
Como la mudeza del mar
Y el zarpazo del alba

Yo escribo el alba
Como puedo
Desde la noche
Donde no hay un grillo
Ni una gaviota que grite
O acaso un perro ladrante
Escribo la noche callada
Y ella, como una cruel respuesta
       no emite un sonido

Mientras, yo espero
Y nada sucede
En la tarde gris
Con olor de flores
Nada pasa
Brisa cargada de espanto
Viene quieta de la frontera
A decir que nada pasa
Nada sucede
Y yo hago como que no la espero
Y espero escribiendo sangre seca

El cólera de las veredas
Cerró sus dientes cobrizos
Y un mendigo de acroirís
Mutó en rayo, de madrugada
Y nadie celebró
Nadie hizo eco
De los dolores errantes
Ni de los amores perennes
Ni de cielo o abismo

El fuego era levemente verde
Y sus ojos
Del color del mundo
Me miraban con amor...
Eso fue una noche
O doce.

Ahora apenas me imagino
Que escucho un auto muy lejos
Donde se va mi pena
Mi lamentar entibiado
Una forma serpenteante
Ardiendo en el profundo azul
Y un rincón de espejo
Donde la realidad me devuelve
Algo que yo no quiero

Me voy escribiendo a mi
En esta enredadera nocturna
Fumando cigarros que duelen
Perdido en insomnios de cera
Frente a la cuidad paralizada
Con un arrastrar como de tiempo
Y derrotadas voces
Que producen sangrados
En la continuidad de mi espera

Lo que habita detrás
Se hace inmensamente intangible
A la vez que su tiempo
Se vuelve el único tiempo
Y su luz, la más inaccesible
De esta vida.

De ayer

Esquina final
Trapiche Cabernet
Chutney de tomates
Milhojas de vegetales
Y carne asada en el balcón

La noche disfrazada de estrellas
Detrás de su ausencia
Se ríe al soñar

Fórmula, disfraces y tréboles
Cuña pasajera tras un cantar
Juego de rosas llovidas

Hora callejera
          y una pareja
Silban los caminos
Dejando huecos
          al caminar.

Por estos tiempos
Una calle vieja
Suelta el perfume
          del transitar

Vieja terminal
Dolor de banderines
Y niebla previa
Al amanecer

Batalla por ruta de abrazos
Y perderse
    en un silencio
    de mentira

Roncan con pereza
Los motores de los bondis
Y la madrugada
Empieza a exalar su néctar
De liviandad y sueños
De manta y orilla
Ensoñar
Pared de contenedores
Y tanto por andar.

viernes, marzo 24, 2017

Volver a irse

Estamos en trànsito
evidentemente
la ciudad es un disfraz
y mis pasos guerrilla
por la penùltima
y por la tardìa

Montevideo
gateando
arrastrando su baba
inerte 
adolorida visiòn
de fantasmas
curva ascendente
al infernal paraìso
de la soledad

Se pueden incendiar
los pètalos y todas las cartas
que hacia el final
se juntan los caminos
los cuervos de la madrugada
lo sospechan y temen

los perros
sabiamente lo callan
y los gatos...
con su perfume tan serio
lo trasuntan
y a veces se vela
en las lìneas tormentosas
de sus pupilas. 

Por supuesto el eco
que vuelve a ser presente
en los pasillos del blog
en mi propia sangre
el eco lo abraza casi todo

salvo un lejano destello
que rebota en las vidrieras
salvo la contumàz convicciòn
de no irme tras el adiòs

jueves, marzo 16, 2017

Sin asunto - No enviado

El ómnibus apesta a orín y el tiempo es como un león con el que nos hemos trabado en una lucha impersonal. La ciudad está más oscura que nunca y llueve. Estoy condenado a pasar por todos los lugares donde nos amamos y contrastar la luz del recuerdo con la realidad sombría de este presente en el que no me hablas. Por eso te escribo acá, porque sospecho que lees y no necesito más respuesta que tu secreto suspiro. Se entrevera el día con la noche y sale el sol y llueve y hace frío y me da calor. En las vueltas de volver en mi, me vi alucinado de amor errante, vacío de arañazos y repleto de cicatrices. Solo encuentro reparo en ser un sorete,  porque sino sonrío, siento que tu amor no se me va. Y vos me decías que te dolía quererme en enero, qué tierno y bello aquel dolor en comparación con este dolor otoñal que me arranca sin ganas los versos de las vísceras, este dolor de no saber de vos, de solo ser despositario de tu silencio forzado, este si es un dolor maligno y aterrorizante. Me decías que te doy miedo, que te asusto y yo te digo que me das miedo, que me asusta el hecho de no volver a abrazate, que no te dejes abrazarnos por el azul desvelado,  eso te digo, que te prometo que voy a correr la eternidad para tomarte la mano por la calle Brandsen, para besarte mal, con todo mi amor. Como siempre. Porque ahora los tacos de madera de otro barrio están junto a mis pies, sobre el cemento frío y las primeras hojas en caer a causa de tu ausencia, que regula las estaciones y el cantar de los pájaros e intensifica el color de la flora y sus aromas delirantes, tu ausencia es ya tu única presencia. Y yo como un bobo, con una remera de Batman, fumo en este patio frente a una verdadera jungla de marihuana, como un incendio fresco y pausado de centenares de cogollos rugiendo enmudecidamente. Pasa una paloma volando rapidísimo, casi embolsada en el viento de marzo. Cinco gaviotas, un ruido entre las cajas de cartón, a lo lejos algunas nubes sobre el río de la plata. Más lejos estás vos, con tu remolino de jazmines, con tu sombra rápida y letal. Más lejos que la tibieza que ahora asoma sobre los hibiscos. Busco entender y aceptarme, pero mi mundo colapsó al verte partir, lo siento como una miserable derrota, otra vez los albatros en la turbina del avión y tu 956 que se va a perder o a encontrar en el Nordeste de Brasil, en el carnaval de Río, en Olavarría, o peor aún: fuera de mi alcance acá, en Montevideo, donde yo transito a duras penas el cíclico progresar de imágenes con poco o ningún sentido, pensando, sintiendo siempre en vos.

miércoles, marzo 15, 2017

Porque la extraño

Llega la hora de plomo
La avenida se calla de golpe
Resuena como triste
Un motor y una bocina
El silencio busca meterse
Entre las grietas de la ciudad
Y encuentra mis huesos
Como un nido tembloroso
Donde apuntalar con dudas
El tiempo de su estancia

Montevideo es un charco
De recuerdos a medias
Y penas coaguladas
Entre viejas rosas
Y miradas de amor

Yo quiero abrazarla
Porque la extraño
Desgarradoramente
Y ella vuela
Fuera de mis ojos
Acaso alegre
O confundida
Vuela y sigue huyendo
Detrás de un signo
Que aún no he querido
Descifrar

martes, marzo 14, 2017

La cachimba del ocaso

La tarde se fugó
De toda descripción
Escapó echando rosas y violetas
Por la quietud del horizonte
Ahora reinan los mosquitos
Mis labios dulces sin motivo
La luna llena aplasta al río
Estamos cerca de las olas de plata
Sopla la brisa del adiós
Y de la intensa madrugada

Eterna errante
Princesa en la bacanal
Manos distantes
Autos en el centro
Semáforo insomne
Que acredita muertes
Detrás de las miradas

Avenida Uruguay
Rugido tácito
Pasa la última gente
Y yo en un whisky
En un cigarrillo
Los miro como al pasar

A nadie dolió el crujido
Más que a mi
Y a mi arsenal de puertas
Ese lamento punzante
Esa soledad de aurora
Sobre viejos adoquines
A nadie dolió más que a mi
O tal vez a ella...

domingo, marzo 12, 2017

Hago tiempo

Estoy amasando hielo
Charco de perfume perdido
Huellas en la espalda
Se detiene el tránsito
Luz de madera 
En ventanas entornadas 
Vuelve la lechuza 
A avisarme la noche
Kilometraje y polvo
Toneladas de asfalto
Botella quebrada
Y tripa 
La fantasía de los cuchillos
Besan la encrucijada de sangre
En el palacio de tu bolsillo
El amanecer se vuelve tinta 
Y yo callado
Probablemente drogado
Con brownies de marihuana
Doy vueltas en el sillón
Donde el año pasado te amé
Y este año te necesito
Y el que viene te tendré 
Acaso como una medusa
En la media tarde del sábado
Donde el rugoso pedestal de tu sexo
Sea la esmeralda de mi lengua
Y de mi barba.

Domingo celeste

Hay en este domingo celeste
Cómo un rumor de paraísos 
Entre ladridos viene la luna
Velando por todos los silencios

Una brisa de perfume silvestre
Canto de aves en el cielo liso
Acordes de canción de cuna
Y mi alma en un barrial inmenso

Sobra entonces el aire lleno
Por mis venas un fantasma 
Que dió vuelta la mirada
Y un trajinar de madreselva

Escribiré lo que haga falta
Para espantar al cuervo
Y reposar mi amor reventado
En la luz de la última ventana


Meses muertos

Querer que el sol
Negar que la luna
Misterio viejo
Que podría escurrirse 
En las alas del viento
Se apaga el domingo
Su cara y sus rodillas
Temblando en silencio
Por todas las cosas vivas
Yo di una vuelta
Mientras la noche dió cien
Y las películas en pausa
Se hicieron pelota
Esperando una carta 
Que no habrá de llegar
Hasta el alba 

Tal vez abril...

sábado, marzo 11, 2017

Hojillas

A veces se cocina
Del modo más sucio posible
Y la masa humedece la mesa
O la noche se despeja
Inesperado desliz de la luna 
Se agrieta la última cornisa
Al tiempo de un rayo 
Su luz fugitiva 
La desfiguración
De oscuridades
Imposibles de calcular.

Se fueron los mosquitos
No suena el teléfono
La noche se resiste
Entre patadas y gritos
Se diluye en el horizonte
De una mesa de pool

Causa repetida

Intrépida la luna
Diamante flotante
Ojo cazador
En la negrura
Vastedad que abruma
En púrpura y azabache
Sangre en las estrellas
Saludando al silencio
Enfermedad mental
Causa repetida
Su abrazo y su boca
Relato de carbón
Para mis dedos lluvia
Alma de flores
Risa en canaletas
Que trillan penurias
Calle Brandsen
Martínez Trueba
Horror y perdición
Tras su carrera de loca
Mi explosión absurda
La cerveza que vuela
Borrachera negra
Dinamita podrida
Para volver a perder
El lujo de su estrella
Y ser sonámbulo
De mis propios versos
En este ómnibus al amanecer
Me encuentra la vida
Sentado junto a la muerte
Fascinación bajo los puentes
Pueblos aturdidos
Que sucumbieron al horror
Y la tarde se fue
Entre tangos y jazmines
Amor en pausa
Indefinida.

jueves, marzo 09, 2017

Prosa insistencia

Me pasa que no puedo distinguir quien soy, sentado en la plaza Zabala, a Merced de las nubes y del sol esquivo, me cuesta reconocerme en esta espera como de búho al amanecer. Tal vez sean meses o años, tal vez nunca regrese y me vaya a la tumba con la ferocidad de mi deseo aún viviente entre mis huesos muertos. Comprendo, eso si, que no pude lidiar de manera impecable con la multitud de emociones que me embargaba a su lado, que eché por tierra la ternura extraterrestre de su lecho y que me quebré por sentir demasiado, por creer que valgo más que una molécula de polvo en la vastedad infinita. Craso error, buscar en el país de los partos un oro que en realidad era miseria y destrucción, en lugar de abrir mis alas y mis oídos a la claridad de sus tacitos reclamos de mujer. Comprendo que no estuve a la altura y que una decisión apresurada me ha traído a esta plaza de nadie, a no diferenciarme de esta manada de simios a la suerte del tiempo. Acá estoy y acá me quedo, luchando con rastros de coraje, contra el universo sepia de su ausencia, de su silencio atroz, de saber que ella a su vez, lucha contra mi regreso y reafirma en sus noches de bar, la ventaja de no estar. Aunque internamente sepa que su vientre, que sus caricias, que su paz de mujer libre entristece en secreto y que busca aeropuertos de valentía donde carretear hasta la madrugada. Yo la espero, taimado y sometido a la realidad de esta dolencia y este arrepentimiento que me acalambra la prosa, solamente aferrado a la promesa de las horas de pasar sin tregua.

Tu sombra pasajera

Sé que está muerte
No quema el misterio
Porque sudo el vidrio
De una nueva poesía
Mi corazón de telar
Anuda más fuegos
En tu sombra pasajera

A nadie engaña
El silencio mortecino
Que acuñamos la otra noche
Viene el invierno
De a poco

Estación

Después de la tormenta de anoche
Llega este mediodía sigiloso
Abundante de gris y de paloma
Donde algún grillo descompone
La recta del tiempo y yo asado
Asado y ahumado de angustia
Me voy tras la sombra repetida
Aún no responde, tal vez nunca lo haga 
El miedo a perderla eternamente
Es un panal de avispas
En mi panza y mis ojos y mis venas
Todo el pasto del mundo
Guarda la humedad que me aturde
Y paso a paso se va mi vida
Y la abrazo y ella huye
Y yo grito y ella se va
Se va como la canción de Charly
Y yo me quedo siempre
Esperando su regreso
Con mi amor doblado
En una bolsa de nylon 
En la estación de un tren 
Que tal vez no exista 

miércoles, marzo 08, 2017

Te canté

Le pregunto a la brisa
Si hay manera de sobornar
A los dioses infinitos
Y recuperar su presencia
En la quietud del alba
Pero el silencio me aniquila
Con su balsamo impertinente
Y me quedo girando solo
En un cíclico suspiro
De agonía y de absurdo
Apenas aferrado
A un apice miserable
De esperanza y fantasía
Repitiendo su nombre
En mi almohada vacía
Repitiendo mis errores
En el terror del mediodía
Ayer le canté una serenata
A su ventana encendida
Pero tal vez ella no estaba
Y me volví sobre mis pasos
La frialdad de la luna herida
Me temblaba el corazón
Y errante mi voz se perdía
Entre los árboles de plata
De su cuadra, de su casa
Y los vecinos me regalaron
Quinientas miradas tristes
Al ver que mi alma ardía
Por su sonrisa azul escondida
Me fui cantando más fuerte
Hasta mi casa sin voz
Bajo la vieja luna infinita

Deconstrucción de la niebla

Casi órbita de acechos y delantales
Casi pulgar de sombra y abanicos
Presunción sosiego e irregularidades

Donde habita el búho
Quedan resabios de cólera
Que ya no son densos
Sino Albas y luciérnagas
Que dictaminan gemidos
A seres cercanos a su alma

El sueño me lleva a ebullición
Y se caen los pétalos cúbicos
Por alfombrado de almendras
Que se vuelven palabras brea
En la medianoche del palacio

Libertador es una lengua de asfalto
Tiznada de Naranja o celeste
Como un enjambre siniestro
De luciérnagas hasta el amanecer

Su germen florece en mis huesos
El ardor de su aliento me sigue
A toda hora
Y yo por la noche, por la ciudad
Y ella tan cerca y tan callada
Todas las rosas giran su cabeza

De nuevo el cero

Soy una copa sin pie 
Incapaz de contener 
El vino de su frágil amor
Y febril la busco 
En toda mi soledad

Y no hay risa que me consuele
Cuando ella no quiere hablar
No hay otro abrazo que su abrazo
En el final melancólico del verano
Cuando yo reverdezco triste 
Y vuelvo a morir por su mirada 

Solo entonces el miedo me alcanza 
Me devora, me duele el miedo 
Me arde el terror de no volver a ella
Un absoluto pánico de habitar
El definitivo silencio de su huida 
Tiemblo de angustia ante su pérdida
Y escribo sin ganas mi muerte 
Redacto mi propia ausencia
Ante el espejo de sus manos 

Y mi corazón grita 
Veni, abrazame, hagamos el amor
Intentemos el perdón
Pero mis palabras dicen
Soledad, desierto, ocaso
Sangre y barro y vacío

Hibernar.


martes, marzo 07, 2017

Verte volar

Toda la vanidad de la luna
Helada perpetua incoherente
Vacilante de escarchas
Fracturando el costillar
De la última botella
Risa ausente pedestal
Para tus pasos
Olor de espiral
Y perfumes adolescentes
Tiembla mi mano al escribir
Lo que nunca me callo
Porque eterna
Porque irremplazable
Tu voz en mis palabras
Tu almohada y tu pelo
Derrame de mieles oscuras
Neblina detrás de mi amor
Y un faro en el misterio
Me abraza con ansiosa certeza 

lunes, marzo 06, 2017

Sigo creyendo

Todo el aire celeste
Pasea bajo el sol de marzo
Enjambre de automóviles
Pretenden rebasar al año
En su mutismo sin fondo

Porque hay una tibieza
Agreste resplandor
Que anuncia el otoño
Y puntos suspensivos
Para el amor

Brilla tu sonrisa en mi cabeza
Brillan tus ojos en mi voz
Te beso en la distancia
Como siempre

Voy a correr sin prisa
Aguantando un poco más
La noche tesoro innombrable
La tarde diamante
Y la mañana de marzo
Parecida a tu abrazo. 

domingo, marzo 05, 2017

Amarzo

Quema
Derrite
Urge el deseo feroz
De componer
De unificar
La maravilla de las manos
Y el brillo difuso
De aquel abrazo

Sueñan los gatos
Con el germen de la noche
Y es la luna
La que con hipnóticas miradas
Nos alumbra a medias
Entre la tormenta lejana

Qué escudo de trivialidades
Podrá protegernos ahora
De este sentir enloquecido
Qué refugio de grillos
Nos va a cubrir la sien
Cuando el regreso se hace tan lejano.

viernes, marzo 03, 2017

Ya un año

Cuando llega la paloma
Tenebrosa cabeceando
Mi mano sombra abre los dedos
Y la antigüedad se congela
Con un sabor como de jalea

Cierre de un incómodo oásis
Que me dió pan en horas de lepra
La precisión mágica del reloj
Ya no me sorprende en absoluto

El día que aflojó el calor
Se abren de nuevo las alas
Y el gris total reverdece
En páramos de próximos otoños

Aniversario de la muerte de mi abuela
Trae otro renacer de mi alma
Vuelo hacia un horizonte nuevo
Dejando atrás la cocina y sus terrores

Tomando un café en mi banco
No río pero ya no lloro
Puedo ver los rostros
Y siempre deseo su abrazo
Porque ya no soy un lago
Sino el grito armonioso del arroyo

Las serpientes de mi sangre
Son arroz, cúrcuma y cacao
En hora de bronce
Por la que gotea mi alma
Y vuelve a remontar
Hacia el fuego que habita
Por encima de las nubes

Hoy no tengo miedo 

miércoles, marzo 01, 2017

Get what you want

Cerveza fría en los girasoles
Brindo con la sábana de su fantasma
Color de luces de patrullero
El centro es un esperpento de soledad
Sentado a esta mesa
En el asiento vacío

Fumando espanto a los cuervos 
Mientras pasa un cuidacoche
Sudando por una moneda
Y allá a lo lejos el tablado
Donde por respeto
No he vuelto a ir 

Montevideo la mustia
Es mi jaulita
Tiro el cigarro 
Y vuelve a crecer la espuma 

Está fría
Y su sudor 
Es mi confidente
Vine a este viaje a mí
Para abrazarme 
Y decirme que estoy 
Otra vez al fin de un carnaval

Musculosas de colores
Y pibas de pelo corto
La frazada de la vereda
Es repugnante antídoto
Para el virus de la noche

Cesa el barullo
Muere la brisa
Y queda ...
                 Cualquier cosa

Otro mamarracho de miércoles

En este banco
De esta plaza 
Comencé a escribirte 
Y aún no paro

Lluevo, grito, callo
Salto y esquivo
Encaro y me tiro al piso
Pero el arquero
Con su ramo de saetas
Sigue asaltando el ocaso
Con estos versos misterio

Son para vos
Aunque si
Aunque no
Aunque estés allá 
Y yo en mi banco
En mi barrio
Son

Y la noche amenaza
Racimos de lágrimas
Veredas desiertas
Y ecos del carnaval

La vieja catedral
Con su lamento que late
Es espejo de mi alma 
En esta hora crepúsculo
Donde solo no paro
Porque estoy solo
Aunque estés 
Por más que huyas
Golondrina temerosa
De mi último deseo

Sigo
Esperando el cambio del viento
Flotando a penas
Tirando poemas
Magias de una hora sin cornisas
Para la que ciega
Para la que muda
A veces 
Me piensa y me siente 

Una nueva baraja de esperas

Qué puño oprime mi estómago
En esta mañana de sol
Por las calles donde se va el carnaval
El horizonte chato
Su voz resonantes
Mi corazón de adiós

Alguien dijo efímero
Y yo sentado a su espera
En mi ansiedad de amante
Susurro su nombre 
Y le escribo de nuevo 
Un viejo poema de flor

Difícil
Intrincada
Misteriosa 
Huida de mi y de todo
Pasajera 
Libre en la fragilidad
De su miedo

Yo la quiero
Otro mes...