Huelo el aire perfumado que brota por la taza de café, aspiro el humo grueso del tabaco, me pierdo en una celda abierta de vapores, en una ciénaga de suspiros que van saltando entre los yuyos de esta helada tarde soleada. Voy y vengo del recuerdo, borro, elimino, suprimo antiguas ilusiones y me quedo por acá, mirando el horizonte disfrazado de pared y el sol vestido de ventana. Con la soledad del blog converso largas horas, largas tardes, largas sombras y entonces todo lo que me queda para seguir escribiendo es el amable y varonil perfume del café sin azúcar y el tabaco rubio. Iré por mi flor, más tarde, la llevaré a pasear, la traeré a dormir, la veré madurar mientras sigo suspirando por los años tirados a la basura y los besos que se cayeron en la desgracia eterna de estar hoy acá, conversando con la plena soledad del blog y oliendo ávido de estrellas el solemne perfume del café y aspirando el humo desierto del tabaco rubio. Es cosa de poder ir cerrando las sesiones...
viernes, mayo 30, 2008
jueves, mayo 29, 2008
Flight 956 :: Indio Solari
Parece que en el final
no me saldré con la mía mi amor
debería chequear mi contestardor
Flight Nine Five Six, voy a extrañar
tu belleza es como un resplandor.
Estoy tan cansado que
no tengo fuerzas para discutir
Es tan triste esta vez que no puedo hablar
Flight Nine Five Six, el tiempo dirá
yo sé que vos vas a regresar
Disculpá mis actos de hampón
siempre hay quilombito en un cielo de dos
Y nunca hay terreno sagrado amor
y es difícil no ser injusto con vos,
Cuando escapás en tu...
Flight Nine Five Six intento reír
Dios no está en los detalles de hoy
será un melodrama vulgar,
pasado dos meses nos consolarán
llorarás con un ojo y con el otro te reirás
Flight Nine Five Six, voy a extrañar
tu belleza es como un resplandor
no me saldré con la mía mi amor
debería chequear mi contestardor
Flight Nine Five Six, voy a extrañar
tu belleza es como un resplandor.
Estoy tan cansado que
no tengo fuerzas para discutir
Es tan triste esta vez que no puedo hablar
Flight Nine Five Six, el tiempo dirá
yo sé que vos vas a regresar
Disculpá mis actos de hampón
siempre hay quilombito en un cielo de dos
Y nunca hay terreno sagrado amor
y es difícil no ser injusto con vos,
Cuando escapás en tu...
Flight Nine Five Six intento reír
Dios no está en los detalles de hoy
será un melodrama vulgar,
pasado dos meses nos consolarán
llorarás con un ojo y con el otro te reirás
Flight Nine Five Six, voy a extrañar
tu belleza es como un resplandor
domingo, mayo 25, 2008
Casi Siempre
Tu signo dibujado por las frentes de un escuadrón de sombras, el perfume perdido de una civilización entera que había comenzado a echar raíces sobre el pantano de nuestras conversaciones eternas, sobre la linea de luz que bordaba las horas muertas de nuestras madrugadas perfectas.
Ahora solo el ladrido, ahora solo el rayo que vuelca su potente estertor de siglos pequeños, de eternidades quebradas. Ahora solo la caricia afilada sobre la arista de la nada que tiembla de vaciamientos, que suspira de dolencias inmateriales. ¿Quedarán corazones a la vera de nuestros escupitajos? ¿Quedarán brotes de hierba bajo la costra maldita de esta distancia sin comienzo ni final? ¿Se comerán las sobras de aquel banquete los malagradecidos gusanos del olvido? O la noche se volverá de polvo bajo las narices los nuevos ciegos.
Por ahora solo van en fila los claveles de tus manos hacia la sierpe herida por el despecho más soberbio, solo caminan en fila las calles que pisamos, la arena donde nos amamos y el veneno que nos inyectamos, en fila caminan y marchan hacia el deforme monstruo del destino conforme miramos hacia otro lado con un estúpido dejo de resignación y solemnidad. Miraras con ansias esta parcela de viento que tengo entre los dedos, olerás el viento en busca de este rastro de humo que dejan mis pasos agazapados en la penumbra de este amanecer solitario, igual a si mismo, igual a la telaraña que va tapizando todo con la mansa determinación del lucero que se arroja de bruces sobre el horizonte, que salta como un engendro sobre los pasos del alba.
La estrella más oscura, esa que brilla en el inalcanzable pedernal de tus entrañas, se apagará alguna vez para mi mente de poseído eterno...
Ahora solo el ladrido, ahora solo el rayo que vuelca su potente estertor de siglos pequeños, de eternidades quebradas. Ahora solo la caricia afilada sobre la arista de la nada que tiembla de vaciamientos, que suspira de dolencias inmateriales. ¿Quedarán corazones a la vera de nuestros escupitajos? ¿Quedarán brotes de hierba bajo la costra maldita de esta distancia sin comienzo ni final? ¿Se comerán las sobras de aquel banquete los malagradecidos gusanos del olvido? O la noche se volverá de polvo bajo las narices los nuevos ciegos.
Por ahora solo van en fila los claveles de tus manos hacia la sierpe herida por el despecho más soberbio, solo caminan en fila las calles que pisamos, la arena donde nos amamos y el veneno que nos inyectamos, en fila caminan y marchan hacia el deforme monstruo del destino conforme miramos hacia otro lado con un estúpido dejo de resignación y solemnidad. Miraras con ansias esta parcela de viento que tengo entre los dedos, olerás el viento en busca de este rastro de humo que dejan mis pasos agazapados en la penumbra de este amanecer solitario, igual a si mismo, igual a la telaraña que va tapizando todo con la mansa determinación del lucero que se arroja de bruces sobre el horizonte, que salta como un engendro sobre los pasos del alba.
La estrella más oscura, esa que brilla en el inalcanzable pedernal de tus entrañas, se apagará alguna vez para mi mente de poseído eterno...
jueves, mayo 22, 2008
Soy Tuyo :: Andres Calamaro
Me gusta desarmarme arriba tuyo
me gusta demasiado ensuciarte
besar tu flor, inmediata, besarte atrás y adelante,
Me gusta tanto que me encante,
que quiero hasta la locura,
desarmarme en el vaivén de tu cintura,
y remar sobre tu espalda y naufragarte,
Soy tuyo, con mi mayor convicción,
soy tuyo con toda la fuerza de mi corazón,
que es tuyo, y como cada pensamiento mío,
es tuyo , soy tuyo.
Soy tuyo, con mi mayor convicción,
soy tuyo con toda la fuerza de mi corazón,
que es tuyo, y como cada pensamiento mío,
es tuyo , soy tuyo.
martes, mayo 20, 2008
Preso por Fuera (maldición de Venus)
Saltando sobre las racha de tus fríos aguijones,
Sobre la ceguera que me contagian tus ojos,
me olvido de la vida que nos amarraba antes,
de esa adorable muerte constante que es tu piel
...tu perfume.
Y a cada rato buscaba poderme detener
y recordar el sabor de tus lagrimas, tu voz,
acariciar apenas con un ala de mi gris memoria
las olas subterraneas de tu climax tempestuoso.
Pero cada vez es menos nítido y más fantasmagorica
la huella de tu pié descalzo en mi mirada desnuda.
Voy surfeando el espejismo alegre de tu cara de hoy.
Los dientes de tus olas salvajes me muerden sin ganas
y yo veo pasar el tren...
y perderse otra vez...
en la sombra.
Por eso estoy en el centro de la debilidad,
porque paso por la neblina que me lleva al olvido,
Mientras inherte dejo quea aquella maravillosa tentación de sabados de noche
se pierda por las nuevas-viejas manzanas podridas de la soledad...
de la otra vida...
Sobre la ceguera que me contagian tus ojos,
me olvido de la vida que nos amarraba antes,
de esa adorable muerte constante que es tu piel
...tu perfume.
Y a cada rato buscaba poderme detener
y recordar el sabor de tus lagrimas, tu voz,
acariciar apenas con un ala de mi gris memoria
las olas subterraneas de tu climax tempestuoso.
Pero cada vez es menos nítido y más fantasmagorica
la huella de tu pié descalzo en mi mirada desnuda.
Voy surfeando el espejismo alegre de tu cara de hoy.
Los dientes de tus olas salvajes me muerden sin ganas
y yo veo pasar el tren...
y perderse otra vez...
en la sombra.
Por eso estoy en el centro de la debilidad,
porque paso por la neblina que me lleva al olvido,
Mientras inherte dejo quea aquella maravillosa tentación de sabados de noche
se pierda por las nuevas-viejas manzanas podridas de la soledad...
de la otra vida...
domingo, mayo 18, 2008
Alucinación.
Una mujer al borde de caer en la tentación huele como una fruta dulce, huele como un manojo de pasto en el rojo amanecer de los labios. Huele como huele la luna, atrapada en su cielo, en su inminente éxtasis de estrellas, en su gloria cercada de frenos y barreras que no dejan conocer. . . Sus ojos brillan con un fulgor interno, su piel comienza a ceder, a emanar un urgente manantial de voces que susurran palabras en un idioma antiguo. Y hay truenos en el pedernal de sus entrañas, hay penumbras perfumadas de incienso donde su boca se abre como una enredadera y de sus pupilas brota un caldo de canciones extranjeras. El que las bebe a veces las entiende y las asume como gotas saldas de una lluvia que nadie sentirá, pero no es así. El que se baña en las playas sin limites de su fangosos gemidos chapaleara por siempre en su eterna ciénaga de complejidades metafísicas y arderá en el infierno de sus brazos de luz y de sombra, de muerte y de aliento, de libertad y de tristeza. Es por eso que el hombre escribe, como perdiéndose o desangrandose por ese rostro que se va dibujando sobre el agua, que va formándose luego de que cae una lagrima redonda e insatisfecha. Bajo el eclipse de su ígnea mirada, el hombre escribe para los que abandonan el país de las razones cúbicas, para los que huyen y se exilian lejos de la ciudad de las ciencias exactas, que predicen el giro de la rueda y las idas y venidas de los viejos péndulos que se amarran a una tarde atada a un mismo cielo y a una misma luz perfecta. Ellas vagan sedientas de espejos, hurgando en los remordimientos del ocaso, abriéndose las venas por las cornisas derretidas, jugando a la rayuela con los ojos de aquel que las mira prenderse fuego en su vuelo de gallina, en su excelsa serenidad de pavo real, uno las mira bailando, sordomudas en su vértigo de minutos y de siglos, uno cree mirarlas, uno cree que las mira, uno piensa que es posible alcanzar la cola de su cometa y se delira, imaginando su olor... cuando parecen estar al borde de caer en la tentación.
(Para L con cariño)
(Para L con cariño)
miércoles, mayo 14, 2008
Bajo el Altar
Ataca. Ataca. Me ataca. Destruye el suelo que voy pisando. Hiere el olor de mis noches. Hiela el aliento de la luna que se me entierra en los ojos vacíos sin ella. Ella, lejana y casi muerta, perdida por las tristes sombras de un invierno que caló hondo. Donde cada cielo sangró en mi ventana como una gotera infernal e inacabable. Aquel invierno en que perdí su voz de mariposa y las largas horas de su compañía mistica y elemental. Me ataca, todavía me atacan como sombras enolquecidas los ecos de sus ladridos, los interminables ecos de sus pasos fríos y distantes. No te puedo cambiar, no te puedo recuperar, no te puedo volver a tener. Me quedo sin señal mientras el viento te va borrando indefinidamente entre los sauces llorones del tiempo, que inventa nuevas fisuras por donde busca poder irse a la mismísima mierda.
para danae, (como casi todo)
para danae, (como casi todo)
martes, mayo 13, 2008
...
Que triste es darse cuenta que aquellas amables figuras de antaño se han tornado grises sombras que acechan y amenazan puñaladas en cada respiración del presente. Que triste es darse cuenta que uno está otra vez por su cuenta y que aquellas jóvenes ilusiones de amor están hoy pisoteadas por la horda de animales ciegos que pastan la miseria de su pensamiento alrededor nuestro y sin pedir permiso ni perdón disparan su flecha certera desde la fortaleza que les otorga el pétreo semblante con el que juzgan y opinan.
viernes, mayo 09, 2008
Otra Noche
Es verdad que la noche me alcanza... a esta hora, me da la caza con su disparo de sombríos silencios en el paladar lento y descalzo de mis meditaciones. Es verdad que la noche me alcanza, abrazándome groseramente, derritiendo mis lineas y dejando su mano de oxido bordada en mi pechera de trigo. Es por eso que la noche me alcanza en todo su esplendor si no estas a mi lado, esta noche de piedra, esta noche de barro donde todos tus recuerdos se abalanzan sobre mi mente y sufren por salir, acorralados y asustados por tu voz, que no está, que recorre otros soliloquios ajenos a estos que te nombran por todas las paredes sin encontrar una respuesta que me hable de lo que existe detrás de esta mascarada ordinaria y soez, que me ayude a dilucidar minimamente el porque de esta zozobra de barco herido, de estos suspiros de triste grillo, de este temblor de vela desgarrada. Todo tu ser ha dejado una huella incalculablemente exacta de tu cuerpo en mi, ha dejado un mapa de cada una de tus palabras que al recorrerlo solo me pierdo en los callejones, hoy enmohecidos, donde otrora tomábamos el aire limpio de nuestra fuente privada, de nuestros gritos de animales locos, de nuestra irresponsable manera de dormir abrazados, libres e irremediablemente ajenos este nuevo e infinitamente triste mundo que urgía por ser parido.
Todo tu ser ha dejado huellas de estío en mi playa montaraz, cada uno de los reflejos de la luz sobre tu cuerpo me han dejado un mapa que cada día está más amarillento, un mapa que de recorrerlo solo me seguiría perdiendo en la lluvia de nuestro amor que se encuentra hoy en estado de sequía indefinida. Mi cuerpo ajado por el sol cuadrado e insoportable, sufre la alucinación de tu forma a la vuelta de cada esquina en todos. mis sueños. Tantas palabras, tantas horas, tantos dolores y terminales pasiones, tantos besos y oscuridades, tanto montecito y tanta plaza hacen agua y sombra ahora entre las cenizas y las telarañas que cuelgan del oleo de nuestro tiempo infinito.
Mi mente... mi mente está perdiendo la forma, y los escudos han comenzado a astillarse en la hora donde el cuervo profundo de la noche vuelve a vomitar el espectro de mi soledad, el aliento helado de las horas donde te imagino y me duele cada fibra del cuerpo y del corazón, tragándome el llanto de la frustración y la bronca. Intentando escaparme de este truco de barajas infalible, de esta ilusión sin termino. Y llueve, pero no... no llueve. Solo caen gotas del cielo y yo apenas las escucho, tirado a la sombra de mis cavilaciones donde no dejas de aparecer como una figura de neón que engaña, que fascina, que incendia, lacera y entorpece el yerto tramado de mi apelmazado espíritu. Te vas... te vas con otro en la noche sin palabras ni testigos, en la noche del despecho absoluto donde crees poder encontrar sosiego y descanso de mis ojos de felino herido que te cortan y te poseen aun en la más absoluta oscuridad, aun en un lecho extraño y desconocido, aun entre la fantasía de ese batman que tan poco tiene que ver con nada. Ese pobre suertudo al que le has entregado el fruto de tu conservación, esa dorada medalla que habitaba en vientre que te distinguía de todas las demas y que yo siempre desee conservar en el más delicado altar de cristal de bohemia. Pobre, pobre de él que está tan contento, o que está triste y orgulloso por tenerte así, entregada, rendida e intentando por todos los medios encontrar un banal y transitorio antídoto para el veneno de mi amor eterno. No lo lograrás, simplemente porque moriré en el intento heroico de rescatarte de toda esa sarna de perro que te has acostumbrado a vender y a vivir. Te levantaré en las alas de mi viento aunque para liberarte de tal triste sortilegio, para soltarte de las cadenas de esa torre prisión que profesa gloriosa la M de su mierda absoluta, tenga que llorarte tanto como para transformarme en mar y luego en nube lenta en tu cielo de curda inducida... y después en lluvia, en una lenta y fina llovizna de dorados matices, para bañarte como solo yo sé a través de la reja de tu estúpida limitación, para romper así y de una vez por todas la infertilidad de tu camino sin mí, sin nosotros sin nadie.
Todo tu ser ha dejado huellas de estío en mi playa montaraz, cada uno de los reflejos de la luz sobre tu cuerpo me han dejado un mapa que cada día está más amarillento, un mapa que de recorrerlo solo me seguiría perdiendo en la lluvia de nuestro amor que se encuentra hoy en estado de sequía indefinida. Mi cuerpo ajado por el sol cuadrado e insoportable, sufre la alucinación de tu forma a la vuelta de cada esquina en todos. mis sueños. Tantas palabras, tantas horas, tantos dolores y terminales pasiones, tantos besos y oscuridades, tanto montecito y tanta plaza hacen agua y sombra ahora entre las cenizas y las telarañas que cuelgan del oleo de nuestro tiempo infinito.
Mi mente... mi mente está perdiendo la forma, y los escudos han comenzado a astillarse en la hora donde el cuervo profundo de la noche vuelve a vomitar el espectro de mi soledad, el aliento helado de las horas donde te imagino y me duele cada fibra del cuerpo y del corazón, tragándome el llanto de la frustración y la bronca. Intentando escaparme de este truco de barajas infalible, de esta ilusión sin termino. Y llueve, pero no... no llueve. Solo caen gotas del cielo y yo apenas las escucho, tirado a la sombra de mis cavilaciones donde no dejas de aparecer como una figura de neón que engaña, que fascina, que incendia, lacera y entorpece el yerto tramado de mi apelmazado espíritu. Te vas... te vas con otro en la noche sin palabras ni testigos, en la noche del despecho absoluto donde crees poder encontrar sosiego y descanso de mis ojos de felino herido que te cortan y te poseen aun en la más absoluta oscuridad, aun en un lecho extraño y desconocido, aun entre la fantasía de ese batman que tan poco tiene que ver con nada. Ese pobre suertudo al que le has entregado el fruto de tu conservación, esa dorada medalla que habitaba en vientre que te distinguía de todas las demas y que yo siempre desee conservar en el más delicado altar de cristal de bohemia. Pobre, pobre de él que está tan contento, o que está triste y orgulloso por tenerte así, entregada, rendida e intentando por todos los medios encontrar un banal y transitorio antídoto para el veneno de mi amor eterno. No lo lograrás, simplemente porque moriré en el intento heroico de rescatarte de toda esa sarna de perro que te has acostumbrado a vender y a vivir. Te levantaré en las alas de mi viento aunque para liberarte de tal triste sortilegio, para soltarte de las cadenas de esa torre prisión que profesa gloriosa la M de su mierda absoluta, tenga que llorarte tanto como para transformarme en mar y luego en nube lenta en tu cielo de curda inducida... y después en lluvia, en una lenta y fina llovizna de dorados matices, para bañarte como solo yo sé a través de la reja de tu estúpida limitación, para romper así y de una vez por todas la infertilidad de tu camino sin mí, sin nosotros sin nadie.