Viajamos sin rumbo a cualquier parte. Restos de cosas que pudieron haber sido, y retazos de peliculas que quien sabe si las llegare a ver, o mejor, protagonizar. Nada importa, la suave brisa que acaricia mi rostro, lo transforma en una leve sonrisa y paso al fondo, donde siento que es mi lugar aqui. Libros abiertos, que diran? Fragmentos de canciones ajenas, las que simulo escuchar, mientras tarareo unas lineas de un buen rock momunental. El cigarro esta prohibido, pero no lo está a donde me dirijo. Espero que llegaremos algun dia, ya que a esta marcha, se me oxidan los pantalones y mis agmidalas. Y tengo hambre, mucha hambre. Las palabras no me esperan. Tampoco las busco. Son mias, aunque se acomodan como quieren a veces. forman mosaicos hasta tridimensionales, y parece que flotan, en lugar de asemejarse a oraciones congruentes.
Tanto es el premio al llegar, que hago publico mi tarareo, le dedico mi silla a la señora de rosa que me mira desde hace rato, y luego, paso para el fanjo, donde se encuentra mi amigo Fernando. De la selva amazonica del conjunto de estereotipos publicos, al silencioso (aunque con murmullos) remanso irresistible de la niebla que nos cobija unos instantes, y se transforma en un mal somnífero. Y ahi me espero, me confundo, pienso. Siento, cosas. Cosas fuertes. Y ya vuelvo ala normalidad. A la puerta trasera infinita donde tengo lugar para acomodarme, mientras miro de reojo al resto, pero no muy convencido.
Y la marcha sigue, confundida, pero hacia adelante. Y siento ruidos. La calle está en llamas y la ventana no me permite ver lo que sucede. Cierro los ojos y veo llamas, bailando alrededor de mi casa. Siempre quise ser bombero, suelen tener beneficios. Y la gente, señalando con las manos, indiferente, sus puestos militares. El guarda sigue minusiosamente ordenando sus monedas y ajustandonos los cinturones. Las pancartas anuncian el fanjo, con luces psicodelicas e imagenes de climax de Fellini. Y ahi vamos.
Abro mis ojos y apareces enfrente mio. Me susurras algo que no llego a entender bien, pero no hace falta hacerme el desentendido. Huele a fresas, y sabe a girasoles. Lisa, pero no llana. Suave y rujiente a la vez. La siento palpitar, y me embriago en el roce de sus manos en mi espalda. ya era hora de aparecer, graciosa!
rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnhhhh!!!! rnnn, rnnnnn!!!!
Por el señor N
Voy a leerlo una vez más. Me gusto ese tono medio poético, pero no llegué a entenderlo. Sé que a veces va más allá de entender, pero, de todos modos, lo voy a intentar.
ResponderEliminarMuy lindo,
Un beso, XXI.
Arkadia
A decir verdad, no es de nando, je, los de el si son buenos!! =).
ResponderEliminarEs simplemente un viaje, un viaje mutante, capaz que lo que te puede llegar a pasar cuando simplemente estás volviendo a tu casa. Tal vez el amor de tu vida, tal vez solo un montón de confusiones en la cabeza. O las dos cosas? Vaya a saber. Lo demas lo dejo asi porque no tiene explicación alguna :p
Igualmente hay que aclarar que la noche de ayer fue bastante mutante y no podía dejar de aludirlo de alguna manera xd
Saludos :)
Jeje, no había visto la firma.
ResponderEliminarDe todos modos, nunca dije que me pareciera malo. No te tires abajo. Además no todo en la vida es entender. Es como decis, "fue una noche mutante". Qué tanto podemos entender de esas noches mutantes.
Un abrazo
Mi humilde interpretacion es acerca de un viaje en omnibus por los caminos de la existencia. Incomprensible... sí aveces es así. Por momentos cotidiano, por momentos abstracto. Guarda si ve que llegamos al destino y yo me dormi, dejeme nomas...
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