domingo, febrero 17, 2008

After my noon :: by El señor N



En diminutos verdes racimos me arrastro dejando mi suave y pegajosa marca en lo que resta de la noche, extrañado por la ausencia de tus rosas delicias. Vierto mi sangre al precipicio, al infinito del fango donde los lobos marinos intensifican su paladar, cortejando al viento y la marea. Ya no existe hueso duro de roer. Solo un rayo o dos logran atravesar esta selva amazonica de funebres y gigantescas construcciones vegetales, pero ni puedo detenerme para verlos. Te busco, me oxido y me duermo en lo mas profundo de mi diminuta capacidad de asombro frente a lo que busco para inventarte de alguna manera. Lo verde se torna marchito y he recorrido un largo camino hasta aqui. Frente a frente, podría hacer que aquellos vagones volvieran descarrilandose por las canaletas prohibidas freneticas, despilfarrando delirios pasionales hasta llegar a tu tumba, donde podria hacerte volver a reir otra vez. Y sabes que mucho mas de eso, pero... es que acaso no hay señales de transito, conductor?

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