En la amarga penumra, sola como un oso de la noche. Tus manos juegan con la desvirtud de lo acontecido, con un miedo de princesa eterna. Tu mente arma pavorosos planes, donde yo soy el centro oscuro de tu desconsuelo y de tu diversión sinestra, el epicentro a donde soplan tus huracanes de poetiza enloquecida, tu mirada de fuego, tus manos heladas por la rabia de no saber donde estoy, ni con quien duermo, ni donde vivo y sí saber que muchas veces sueño contigo, con lo que aprendimos bajo la enredadera del fondo, con los secretos y promesas que prometimos no olvidar. Me traquilizo a veces, pero me dura poco, solo la insinuación del faro de tus acciones me alcanza en ésta hora de maleficios indios para derretir las aristas de mi seguridad y mi precaria recomposición. Reina de treboles de la noche inmensa de mi alma, mosquito de acero en los horizontes de fieltro de mis garantías de hombre, lo siento, lo siento en el pecho gordis, te siento latir en nuestra lejana e inalcansable habitación como un oscuro corazón de ceniza en la cienaga sin arrepentimientos de todo lo que te mueres por recuperar de mi, mi demencia de ciego cerrero, mi ternura de nardo y de sambayón, mi desconsolado frenesí por las alcobas sabatinas, mi llanto de perro orgulloso, mi mano de vaga roca volcanica, mi vientre de frambuesas sin retorno, mi respiración de ahorcado por pasiones humanas e inhumanas. Yo lo sé, lo sé, no lo voy a saber...? Si la triste y cruda verdad me despierta a los tumbos por las betas de los lánguidos amaneceres, hiriendome a penas de objeto punzante en la garganta, pero lo soporto, lo tolero, lo nesecito, éste claudicar sin brotes ni segundas chances a nuestro inconmensurable sanatorio de caricias y a nuestros desquiciados alborotos de risas y de insultos. Que sé yo... al final de cuentas....
Es impresionante ver como la añoranza al pasado y la nostalgia que te abraza desde ese entonces hacen nacer desde lo más tuyo estos tiernos, sensibles y tristes relatos.
ResponderEliminarComo decis vos: go ahead.
NO se si es añoranza ni nostalgia, creo que es como una reivindicación de un corazón que fue roto y que ahora intenta seguir adelante.!
ResponderEliminarQue buen escrito!
ResponderEliminarLa verdad es que en muchas partes me senti identificada
A veces debemos dejar ir a ese amor que de una u otra manera nos hizo daño
En su momento puede haber sido el que mas equilibrio y bienestar nos daba
Pero a veces se torna demasiado dificil seguir y terminamos o lastimandonos o lastimando a la otra persona
Como dice Cerati... poder decir adios es crecer...
Sera tiempo de crecimiento entonces ¿no?
Saludos
Cecilia
Muchas gracias Cecilia. Puede que haya verdad en tus palabras, lo sé. Crecí, avancé hasta ésta llanura desde donde veo el amanecer nuevo de los días diferentes.
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