martes, febrero 05, 2008

Luz en Valizas

Por momentos sucia, por momentos majestuosa, seductora, débil y poderosa de un solo saque, penetraba por los poros cansados de mis ojos de lagartija, con su susurro de viajes imposibles y eternidades en carpas de calor insufrible. La cabellera suelta por los aires de melancólica y dura belleza. la mañana me encontró a tu lado en la duna del amanecer. El océano me partía los sentidos mientras vos me acariciabas tiernamente. Toda la sensación que se extendía entonces desde mis ojos hacia abajo me hablaba a los gritos de lo imposible del repetir las cosas únicas, única, única y desconsolada mordaza me traje de tus palabras en un idioma similar pero muy distinto, de tus ropajes de telas que no conocía, del perfume a playa de tus segundos, del delirio de alcohol que sugerías de manera permanente... ja, sacandome a bailar... dopándome con las micro ondas de tu aliento de mujer mientras pienso que todo lo que me quedó de nuestro amor de horas más que contadas es arena, arena en todos los rincones de mi cuerpo y mi mente, y ésta espina de pescado atravezada en el alma, por saber a ciencia cierta que es imposible que comprendas estas palabras ya que coexisten en un tiempo y un plano que no convergerá jamas con el tuyo, princesa de la juerga, abanderada de la parranda sin final, alcaldesa de la serenidad de los días vacíos y soberana indiscutible de mi corazón de pescador en el desierto de las ciudades, de mi infantil manera de enamorarme de tus lacios cabellos que no se repetirán jamas. Caigo en la lenta y fulminante desesperación de volver a verte, de volver a tenerte toda para mi en la playa sin heridas donde el sol te hacía más real en cada segundo. Muero ahora, envenenado por la débil pero profunda nostalgia de arsénico que corre como un río suave por mis venas, nostalgia de perro por la bacanal de las posibilidades perdidas por entre las sombras que improvisaba tu cuerpo inasible de viajante sin tregua. Nostalgia por esas cosas que no son ni han sido ni serán. Rodando en las canteras del vívido recuerdo de algo que pudo ser. Intentándote frustrado en cada respiro, en cada aljibe sin fondo de mis suspiros de poeta dolorido, intentándote sin tregua por los pasillos sin retorno de mis sueños de animal sofisticado, por las ventanas de mi sangre que hierve en absoluto silencio, contra un sol y un cielo que no son los mismos de hace cinco días, por el viento en las veletas de mi piel que apuntan directo hacia vos. Siento aun tus labios de andariega como un calor de médano inalcanzable, el roce furtivo, FURTIVO de tu piel aspera de callejera caminadora de otras historias y otros silencios mecánicos que el océano no puede saber. Sé de donde viniste y hacia adonde vas... pero no sé ni podre saber jamas, luz, donde estás ahora, ahora que vuelves como una resaca sombría de estrellas hasta el barco encallado de mis obligaciones y promesas, como un soplo de retorno sin vueltas, vuelves etérea, como siempre, pero más lejana, mucho más lejana por saber que yo también soy uno de ellos, uno de esos infinitos amantes que tuviste en el paraje donde los hombres se vuelven aves de la tierra y los corazones cambian su forma por la de caracolas o conchas marinas o pulpos o murciélagos o siervos o ciervos o noctilucas u orquestas de borrachos que acarician el semblante pálido de tu horizonte, sin conocerte de veras como yo, sin respetarte ni amarte como yo, solo pasan la mano por tu espacio o el cuerpo o la soledad por tu aire de flores silvestres, por tu poblado de sombras donde nadie termina, sin saber lo que yo te espero, echado a la sombra de mis dubitaciones y mis certezas. Sin saber o sospechar cómo se vive desde ésta cárcel de huesos que dejaste vaciada de emociones, cómo se amanece con la impresión de haber dejado algo de vital importancia a trecientos kilómetros de éste tablero de dardos que tengo en el pecho, joder, de ésta balacera de posibilidades que me inunda las arterias hasta que las estrellas se caen de sueño y yo detrás de ellas me voy a dormir, ésta noche como muchas de las que tengo por delante... pensando en vos.

4 comentarios:

  1. sin duda alguna, cosas así sólo pasan en Valizas, a la sombra de las dunas vigilantes y la playa languideciendo.
    Es el lugar de mis amores de veranos hace unos cuantos años ya!
    Muy intenso!!!!

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  2. Muchas gracias Laveron por pasarte y dejar caer una hoja de tu árbol de letras sobre este humilde spot sin significados.
    Uff!! pensé que nadie iba a comentar""
    TNX!

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  3. Nando, la verdad que sos un poeta de verdad loco, estoy, estamos con La Triple Nelson orgullosos de que hayas compartido tu arte y nos des lugar en tu poesía para con nuestra música.
    Un Gran Abrazo y seguí palanteee!!!
    Christian Cary

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  4. No! al contrario Christian, para mi uds son los salados y yo soy el orgulloso de que me hallan dado en su música, un lugar para mi poesía!

    Gracias por pasar y los espero siempre!!!!!!!!!!!!!!

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