Me levanto entre el gris de la mañana
y te busco.
Estás perdida por los ecuadores sin nombre
y no me llamas.
La tenue alegría de un lento juego insensato
y sin premios.
Los cuchillos sobre la mesa hablan de sombras
y de barrancos.
Camino por la pared de tu alucinada mirada ciega
y sin retornos.
La aparición es incierta, la encarnación, la vuelta
y la espera.
Desciendo por las lineas de tu recuerdo
Torpe me incinero rogandole al vacío
Mientras creo que algo es posible
y me desnudo
y tiemblo
y hablo solo
y camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario