Paso de Abril

El perfume del pan nocturno alerta a las sombras de la noche verde que salta por las veredas con delicadas heridas. El cuerpo se detiene, prendido de una ráfaga traviesa, se detiene sobre el punto de las dos de la mañana. Me miras, me besas, me deseas, lloras de amor. Yo camino por el asfalto asaltado por mis pasos furtivos, lentamente, me doy cuenta que tengo tu olor de hembra bajo mi pellejo. Río entonces, inundado por un dolor de fuerza sísmica en las venas, miro y todo lo que miro me devuelve un aire frío y cargado de vos, de aquello, de esto y de la puta que los parió a todos. Espero el omnibus, en la triste y tierna orilla de tu regazo. Me baño con el rocanrol de tu pasión desaforada, miro una estrella y como la tomo en mis manos tibias la clavo en mi pecho y vuelvo a reír, sintiendo que tu olor de hembra montaraz se me ha metido bajo el pellejo.