viernes, junio 12, 2009

Noche Helada

El tiempo se detiene a cada rato
la escarcha de la noche se vuelve como eterna,
cada tanto miro mi reloj...
y no lo puedo creer.

Mi voz se me escapa en largas lamentaciones...
pero busco en mis libros alguna señal de alegría
y encuentro su cara, llena de flores, limpia
y acercándose.

Cada tanto oigo balazos
quebrar los finos hilos de la noche,
mis manos tienen tanto frío...
que uso un gorro,
tengo barba
y medias grises...

Mi corazón está lleno de palomas
de palmeras, de pingüinos, de robles
de pinos y ciruelos...
tengo toda una selva en laberinto
para tus brazos...
casi llegás...


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