jueves, abril 29, 2010

Poema del encierro abierto

El tiempo es un barro lento y movedizo
donde caemos rompiéndonos a pedazos.
Tus pisadas resuenan aun en mis oídos,
el monte recuerda la forma de tu mano.

Soy un sucio predicador que ha perdido
el rastro fugitivo de tu forma exacta
solo revuelvo viejos baúles escondidos
donde la luna ha puesto sus huevos.

Y encuentro, como no puede ser de otra manera
las pisadas secas en la arena gruesa del rio
una mañana de intensa luna creciente
en que el olvido es mi pan, mi acuse de recibo.

Volverán tus caricias de manos pequeñas
algún día herido, alguna noche como esta.
Tendré el almibarado néctar ponzoñoso
de tus excelsos besos prohibidos.

Solo veo una monja solitaria
que camina por peatonal sarandi
por el paso molino,
por ciudadela y la rambla
por 8 de octubre y berro
por ahí, siempre solitaria.

2 comentarios:

  1. Gustoso de tenerlo nuevamente atendiendo las incomodidades de los pasajeros del fanjo.

    ResponderEliminar
  2. Ahhh pero si el gusto es todo mio, senor ENE. Por supuesto y desde ya le reitero mi invitacion a que atienda tambien usted, la necesidad de los pasajeros, vendiendole boletos e instandolos a pasar otro pasito al fondo!!

    ResponderEliminar