La noche seda se escurre lenta y punzante
la perra ladra en silencio para no despertar al frío
el frío corre las cálidas cortinas de la carne
y dispara a matar con su helada y despiadada soledad.
La cama como una concha, fría, herida, medio vacía
late en pulsares profundos.
La ventana, triste y melancólico testigo sin pruebas
de la realidad.
Hay una pincelada perversa en tu sonrisa de amor
una espada escondida en tus labios peligrosos...
nunca llegamos a conocer completamente a otra persona.
ResponderEliminar...será?
ResponderEliminarGracias por pasar!