domingo, marzo 09, 2014

Bajada

La lluvia de marzo ahora le pone fin a la fiesta
sobre el jardín levita el perfume de la tierra
el polvo mojado que revienta en la nostalgia
de otras lluvias, de otros carnavales, otro ayer.

La vida, estúpida poesía, momento fugaz
lucecita que titila en la perpetua inmensidad
un coro de hechiceros callejeros celebra un milagro cotidiano
que en un espiral de humo se va deshaciendo
para irse cabizbajo a hibernar en otro sueño.

Poderoso silencio reina ahora
entre los ecos de las voces luminosas
el picadillo de papel se va volando
hacia la efímera bacanal de un horizonte frío
 que cantará bajo futuras lunas llenas

Constelación de señales perdidas
 en la vaguedad de la añoranza
aliento, perfumes, candiles, conjuros,
 momentos de honda sinceridad
pronto un amanecer nuevo y viejo
nos dirá que es tiempo de ser los mismos,
de ser otros, de ser lo que se pueda, lo que se quiera, 
de ser la absurda mímica de nuestros más puros sueños.

El temporal de aplausos se va entreverando
en un puñado de gargantas apretadas
que como un fogón entre la niebla
planta una promesa de fierro:

Volver.

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