tu grácil mirada
penetrante desorbitada lacerante
posándose en una infinidad de ventanas
liviandad estremecida de tus pies
se posan en las veredas
la vanidad de tus labios
en la intensidad misteriosa de la 55
exhalando tu rocanrol entre los yellow cabs
petrificada de angustia la gran manzana
ante tu tormentosa belleza
inagotable desfile de escaparates
donde se amontonan maniquíes
para poder apenas retener
entre sus manos de azucar
al menos una pequeña particula
de tu puntiaguda demencia
de la apasionada sospecha
que te abarca
la inquietud de esas pupilas
descarriadas dejando huellas de humo
en Times Square
redoble de tambores mutilados
embrujados tus alaridos acaparan
en la noche Amsterdanesa
y entristecen a cada cebra,
cada una de las millones de esquinas
palidecen con tu palidez
y manhattan herida
copulará con la bruma de la madrugada
en tu ausencia
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