miércoles, diciembre 30, 2015

Se va la penúltima

El año se va terminando de escapar entre el movimiento sincronizado de dos ventiladores de techo. Se puede escuchar el sonido de una moto, sobre la gravedad de un auto, chillando en la distancia. Es por esto que ahora vuelvo a resoplar, adormecido bajo el final de la tarde gris, parece ser que las hojas de los árboles se mueven por vos. La verdad siento. Imagínate que esta realidad es como un colador y que en este presente continuo, somos agua hirviendo, atravesando, siempre atravesándolo. Si me enfoco lo suficiente, cosa que habitualmente se me dificulta, logro sentir el pulso eléctrico corriendo por las fibras de mis piernas, la multitud de lanzas que desde mi pecho te apuntan con vehemencia. Los últimos 300 y pico de días han sido heterogéneos, pero heterogéneos de verdad, porque batallé sin república, contra ruinas de pequeños imperios de hogar y de guerra, porque también conocí una murga hermosa, que le abrió las puertas a mi canto, que lo llenó de vuelos, de compañerismo, de amor por la canción y de nuevas alas pal futuro. Porque también me perdí en callejones de piedra, con la mirada acabada de negrura y de dolor por mí mismo y no quise más y me sentí que no podía, aletargado y peleado con lo más íntimo del mundo y con amores de siempre, peleado con el sol, con la tarde, peleado a morir con casi todas las cosas que existen. Porque ahora la tarde esta regala un aire lindo.., y conocí lugares y gente buena mismo, gente que ahora quiero, que preciso en el día a día, familia de mi alma que amo hasta la furia y el llanto. Rompecabezas precioso este año, que ahora va espichando entre ventiladores de techos y tarde gris... pero de aire lindo. 

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