viernes, diciembre 25, 2015

Tota carmelitana

Solo, con el mar por los cuatro lados
Siento que no estoy solo
Porque vos andas tan cerca 
Que puedo oler el milagro de tu piel
La fantasía profunda de tus ojos de luna
Siento tanto y tan inmensamente 
Que casi ya he olvidado mi vida sin vos
Recorro paisajes de río y de monte 
Para perderme en esta unicidad insólita 
Son las cinco
Es Navidad 
El pueblo arde de vestidito estampado 
Y de alcohol frio
Sin embargo no hay nada 
Solo una madre soltera 
Que trajo a su hija al baile 
Ese único gesto de amor
Vale la
Pena ser presenciado
El resto solo ese festín de serpientes 
Y chacales
Con ojos llenos de libidos vacuos 
De leves pasiones
Apenas inteligibles 
Yo recorro
Aferrado al tácito pacto
Que hice con tus alas 
Me importa poco el resto 
Y ahora a las puertas de la vieja casa 
De nuevo de frente al amanecer 
Mi cara adormecida por el pedo
Mis manos perdidas 
En tu ausencia 
La ultima fría interminable 
Las voces de decenas de trasnochados 
Estofado de un tiempo sin remedio
Arresto cardiaco multicolor
En la meseta del tedio 
Ardo en la frecuencia de tu ritmo
Tal vez lejano
Tal vez demasiado cercano 
En el ajedrez de este piso 
De viejas baldosas 
Los ecos de maramá
Me siguen crackelando las pelotas
Pertenezco a tu aire
Quiero tu noche infinita
De estrellas y lunas oscuras
Tu mirada de pardo diamante 
Eterno en la madrugada 
Habitar esa fisura de tu alma en pena
La guirnalda que es tu alegría 
Colgada en los pretiles
De nuevas libertades
De besos nuevos
El cielo de cartulina
Parábola desgarrada
De la soledad sin forma
Quiero tu lado
Tu tigre de porcelana 
Tu escultura de barro 
Herida bajo constelaciones 
De pasillo trillado
Y surco en tus pulgares 
Dame la exhalación 
Esa poesía 
Que reverdece y se deteriora
Viajando por ecuadores Frenéticos 
y vastas longitudes de hambre
Quiero ser la palabra 
Que te enmudece en la multitud 
El eje de tus meditaciones
Y que vos seas la piedra
El fiel de la balanza para ciegos 
Que es mi corazón de albatros
Mi aguada puñalada 
Certeza de cebadas 
Y migas de languidez 
Poblando una brevedad absurda 
Un milagro pequeñito en la neblina 
Estoy que te quiero toda
Tu ausencia de cristal

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