refrescó Montevideo
Perfume de lejanías
Endulzan horas
Hay pila de gente
Sorpresa pululante
En súbita brevedad
Interrogante.
Me sorprendió
Lo calladita que estabas
Dada a un enojo
Pequeño fragmento
De esa humanidad
Que relució en tu cara
Como un cielo chico
Una guirnalda por tu pelo
Paraíso de brillantina
Del que ahora me quedan
Solo algunas partículas
Que son acaso un chiste
Que habla a los gritos
Del brillo que nos causamos
Ese daño dulce y excitante
Que a la vez es suspiro y entrega
Amparo del alma y ganas de abrazo
Que parte los huesos
Como ese rayo del que hablan
A la salida de un concierto
Del que no se puede
ni escapar ni negar
Ni ocultar ni claudicar
O planificar o trazar
Porque es certeza del fondo
Precariedad de castillos de cristal
Entre la lluvia de pedradas
De esta vida devoradora
Picadora de carnes
Que lija la sangre
Perfora viejos paradigmas
Y leyendas de otros valores
Pero que es auténtica
Como este pulso nuestro
Tan veraz como el camino
Que lleva a otra inundación
Del corazón y el resto del cuerpo
Tus alas inmensas
Lo que salpica desde atrás
De tu mirada inexplicable
El mundo aquel
Suplicante en la búsqueda
De feromóna y licores antiguos
Vendaval de palabras postizas
Que van haciendo un surco
Por pistas que no contienen...
Hollín en jazmines frescos
Me diste en la frente
Con un bate de baseball
Forrado de rosas
Espinas de tu tiempo de estrella
Comezón inalcanzable
Mi Cerro amparado en praderas
Que son tus brazos de diosa
Mística psiquiátrica
Que sabe una verdad
Inexplicable.
Se quiebran las voluntades
Ante una voz de profundo sur
Mapa invertido
Que atrapa latidos y sombras
Pasión y tormenta
En lentitudes de coral
Ornamentas inesperadas
Realzan el poder clandestino
De esta cosa irregular
que nos pasa ahora
O mejor dicho:
Nos esta pasando.
Arcaica voluntad
De golondrinas
Plenitud de océano
Para almas
Que nunca hallaron el reposo
Tal vez sea eso
Lo que maravilla
A las islas que nos habitan,
Esa inesperada Voluntad
De llegada y sosiego.
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