fue viernes y llovio copiosamente solo cuando tuve que estar a la intemperie. me habia mojado hasta los huevos. especialmente los huevos de camino al ensayo. llegue ante que nadie al recoveco. eran las veinte y veinte. s llego a las nueve. estaba realmente apetecible. me gustaba y yo ... no se siempre me andaba dando vueltas y yo ssebtia que me admiraba pero no lo suficiente para dejarme entrar en sus bragas evangelistas. quien lo diriaa una murguera evangelista. desde tabare cardozo no conocia nada igual.
veintiuna diez la murga habia comenzado a rugir. era espectacular lo que se grandaba el coro cuando iban amigos a escucharnos. preparabamos una presentacion parta el sabadoo de la semana siguiente y la leche ya era algo incontenible. gastamos las gargantas en las primeras dos pasadas pero sonaron como el trueno. poco a poco ibamos agarrando la vuelta a la cosa.
a las veintitres se acabo el ensayo y s se fue timida y escurridiza alegando tareas de facultad. a la mie rda. la murga se dirigio a casa de una de las companeras a celebrar el cumpleanos de dos de sus componentes. me emborrache casi de inmediato y la cantarola tuvo momentos espectaculares. en un momento alguien comenzo a tocar se duerme de la abuela coca y tuve un acceso de furia. le di un golpe a la mesa y con toda la gravedad de un poeta borracho y fumado dije no. no me rompas los huevos con esa cancion. los rostros sorprendidos y apenados por lo grotesco de mi reaccion advirtieron que ya era hora de ir liquidando la fiesta. luego el largo viaje de regreso a colon. la puta lluvia el frio y la tristeza en la primera noche de julio eran una carga que podia destruir el alma de un perro o de una golondrina. el viaje en bus fue claramente deprimente olia a culo. afuera todso era un puzzle de agua y negrura. una clarinada de espantos nocturnos. un ir y venir de fantasmas. nada mas.
estaba herido. grunia y caminaba con los pies empapados por victoriano alvarez mareado y colmado de insultos reprimidos y besos por dar. pateando el semen congelado de las nubes iba a veces cantando. mi voz estaba lacerada por el esfuerzo. el vaquero mojado. el gorro mojado la campera empapada y los ojos llenos de mierda vieja. el corazon en un hilo y las manos temblorosas. en un momento me senti agotado en verdad carente de voluntad para seguir adelante. escupi el asfalto invadido por pequenos cauces fluviales.
sentia frio en todo el cuerpo y lo que era peor en todo lo que noi era cuerpo sentia todavia mas frio y nadie ahora si me iba a enviar un mensaje al llegar a casa. esa era la realidad y era aceptable pero se sentia como una estaca metida en el culo.
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