lunes, octubre 30, 2017

De La Casa (1)

Mi hermano se llama Octavio y aquel domingo, al despertarme de la siesta, salí apresurado al comedor para contarle que otra vez había soñado con La Casa. Lo encontré, como esperaba hacerlo, viendo por VTV, nacional contra cerro en el parque. Era un empate aburrido y Octavio refunfuñaba y se pasaba la mano por la cara. Creo que me sintió, porque me miró por encima del hombro con un gesto inexpresivo. Nos miramos. Él se devolvió al partido. Yo me hallaba todavía algo exaltado por la claridad de lo que terminaba de soñar. Abrí la heladera y desayuné un trago de coca fria y con poca efervescencia. El mundo volvió a sus cabales y me relajé, alfojando la mente y cediendo mi cuerpo al entumecimiento propio de quien pasa varias horas acostado. Fui al sillón y me senté junto a Octavio. Nos unimos en la muda contemplación del partido. Un nueve de tez oscura y cabeza afeitada de Cerro eludió a Polenta y con gran habilidad logró un remate a distancia que se estrelló contra el segundo palo y terminó por perderse tras la última línea. Octavio apagó la tele y casi mágicamente, se deshizo del estrés del juego y de la nada conveniente posición de su cuadro en la tabla del clausura. Lo hizo a un lado, como con una descarga casi felina y me miró a los ojos.
- Qué soñaste?
- una fiesta nocturna en La Casa.
- Qué tipo de fiesta, Servio? De casamiento? De 15? Una orgía bacanal?
- si me dejaras terminar...

Pude controlar mi ansiedad y me ganó el interes por saber más acerca de la fiesta en La Casa. Servio solía tener una inagotable capacidad de recreación en sus sueños y este asunto de La Casa se había tornado algo grande. Hacía varios meses que cada tantos días uno de los dos soñaba con La Casa. Ni el ni yo estamos seguros que represente una casa real que hayamos conocido, pero es un sitio donde transcurren varios de nuestros sueños e incluso algunos que hemos compartido, por lo cual el recuerdo visual que ambos tenemos de ella, es bastante minucioso. La Casa fue escenario de sueños muy diversos, sin embargo hasta ahora nunca una fiesta. Por eso me ganó la curiosidad y apagué el partido de mierda para preguntarle por su sueño. Después que logró apaciguar mi primer impulso de saber, Servio me contó acerca de su sueño.
- Había guirnaldas con luces leds. Amarillas, azules, verdes y rojas. Se veían recortadas contra un cielo de tormenta con gordos bordes rojizos. Había una luna desproporcionada, exactamente media. Estaba vestido de fiesta, veía con la periférica, un suave brillo en la solapa y un nudo de corbata contra un primer botón suelto de la camisa. La gente de todas las habitaciones estaba ahí, incluso un montón de personas que eran conocidos lejanos pero de esa realidad. Sentía la fuerte presencia de botellas de alcohol y me divertía viendo a todas las compañeras con sus vestidos, sonrientes y con aires exagerados de elegancia. El único cambio fuerte con respecto a los otros sueños es que dónde estaba la pérgola gigante, como en ese patio interior, te acordas?
- claro, donde nos dimos cuenta que siempre estaba estacionada la moto del Edi?
- ahí mismo, en lugar de la fuente y los tres banquitos, había una piscina muy bien iluminada, con juegos de luces y todo. Me acuerdo del particular diseño de la piedra que bordeaba toda la piscina, de una piedra negra con vetas como doradas, algo tremendo.

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