lunes, noviembre 20, 2017

Esas canciones

Las canciones caminan. Hacen un surco como de disco de vinílo donde se estaciona determinado tipo de polvo, o mejor dicho, cierto tipo de magia que nos arrea por nubes, perfumes, lugares o besos. Las canciones vuelan por adentro de uno y en su vuelo, dibujan ventanas en la sangre por donde se escucha el sol y la lluvia. Yo canto algunas muy seguido. Porque evoco los besos que traen entre sus pliegues, porque guardan todo el verano y todos los inviernos y además porque me gustan mucho. Lo cierto es que las canciones tienen su vida propia, que es a su vez, un entramado entre todas las vidas, migas del universo en una cadena de luz que trasciende los relojes. Por eso las canto, las vuelo y las camino, pero sobre todo las vivo, en plazas, veredas, blacones y escenarios. 

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