La señal es cada vez más fuerte. El silencio va rotando la cabeza y mira la tarde con ojos de nostalgia. Los árboles zancudos podrían ser manuales para aprender a caminar. Toda la quietud en contraste con el baile. La pared de cerámica azul, la escalera polvorienta, algo manchado con sangre, todo como una lila, desdibujada entre mis poemas. Un ómnibus vacío anda por las avenidas como si nada... Y nada pasa. El escuadrón de fantasmas asustadizos, esconde las respuestas que los vivos jamás se preguntarán, y yo fumo mientras también me hago gasa o arroz o desierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario