La cuneta, amor, esa que con tanto ahínco construíamos, pala a pala, amor nuevo a amor viejo. Llorando y riendo porque dios no esta en los detalles de hoy. Me queda tan facil esta evocación, este recuerdo de hace años atrás, cuando existía todavía una realidad obletable. Pero no, jajjaja, hoy ya no. Hoy ya estamos todos lejos de aquello que llamaron el futuro.
Hoy me acordaba, y le contaba a un amigo, de aquella última noche en el velódromo. Cómo fui perfectamente capaz de tirar todo mi deseo por la borda a cambio de tener, por un estúpido momento, la cruda razón. Razón con la cual hoy ya no estoy de acuerdo, reconozco haber tomado la peor decisión posible, creyendo que yo todavía no había pasado de pantalla, creyendo que seguía al lado de aquella mujer que mi reacción hubiese excitado llevando indefectiblemente al sexo comodo y justificado por la vieja realidad patriarcalista.
Quería decirte, V, que aunque ya no tenga ningún sentido, y aunque ya me acabe de dar cuenta que ya fue, que reconozco el boicot implacable que armé a nuestra nueva noche perfecta. Posta que me acuerdo esa ultima cerveza en la calle rivera, aunque no me acuerde del nombre del negro que ganó un premio, porque soy viejo y me pasan estas cosas. Pero lo que jamás me voy a olvidar es la miel de tu compañía, la irreductible amplitud de tu sinceridad diciéndome que llorarías... pero no. Aquella noche de febrero, en la que todo era posible y hasta nuestra murga nos dedicó la actuación.
Jajajaaja, ahora de pronto, escucho este candombe y me creo más montevideano que el loro. Siento que esa melancolía me define, que soy doctor de la calle vacía y la tristeza de ser lo que puedo ser y no lo que todos hubiésemos querido. Ahora, obviamente demasiado tarde grito el gol de tu correo en mitad de la noche de la peatonal sarandí. Cuando no tenía datos, cuándo tenía que garronear el wifi del hostel para enterarme tarde que querías coger conmigo.
Pero ta, ahora bueno, ta. Escucho bien de al lado cantado por el plantel de LGM 2016, calentando antes de la segunda vuelta en el teatro y no puedo más que agradecer haber nacido justo ahora, cuando esa versión de primer premio tuvo más sentido que nunca. "Porque hoy si ya no me callo"
Y vos ahí, eternamente distante, perfectamente imposible, impracticable pero entregada a las lujurias de mi depresión, dándome una ultima oportunidad, y yo estúpido, ensimismado, pero más que nada y más definitivo, equivocado en aquello de lo que depende la vida. Y tiemblo pensando lo desubicado y lo inapropiado que soy, hoy, en pleno 2022, al recordar aquella noche de doctor House y Gallinna degollada en la curva de maroñas.
Has congelado un recuerdo en el tiempo y aquí queda, calentito.
ResponderEliminarMe encantó ese "Puede contener silencios" de tu blog. Cachis que no se me ocurriera a mí para el mío :)
Besitos Nando!
Ohh que bello tu comentario, gracias y te espero por aquí cuando así lo desees
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