y se trepan a los balcones del amanecer
las primeras aves del día
todo se vuelve piano de nuevo
la vida es ese chasquido
que ilumina un solo momento
entregado en sacrificio.
sudan las lunas sus lilas de plata
el rosario y el pordiosero
serán una otra vez sombra a penas
bajo la catedral abandonada
recuerdo las cartas que nunca escribí
mis lágrimas de tierra
fueron como el muro y el cimiento
de esta misma madrugada donde escribo
despierta un blanco y lejano reflejo
los techos se recortan contra el cielo
y los muchos gatos de la oscuridad
dan por terminada la faena
es la hora donde no hay motores
la que se va terminando en este instante
la noche que no se recupera nunca
esta noche.
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