viernes, septiembre 28, 2007

De parte de un ganador a otro perdedor


Ente un centro urbano y el otro, aparecen sigilosamente los caballos de carreras, mientras el queso derretido de la pizza que aquella chica mordía, se caía entre el vientre de su vengador, que le clavaba su lanza en su piedra.

Larga vida al Rey!

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