He mirado como corren los puntos de fuga, hacia un punto más lejano, hacia las lenguas múltiples de un mismo fuego secreto. Tuviste miedo, luego te maravillaste, luego te fuiste anclando en arenas cargadas de espejismos y pequeñas dinamitas. Ahora parece querer asomar el coco sobre el acanchado horizonte de aquel lento purgatorio. Sigo, sigo, sigo, sigo cinchando todos con más fuerza de la que tiene un átomo.
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