Si escuchas el llanto del viento en esta hora de mares desbordados y verdades de saliva, entonces estas escuchando la emisora radial de mi pensamiento, un circo plagado de clowns y de pálidas estrellas que saltan sin red de seguridad hacia el vacío poblado del futuro, con ojos profundos, con ropa de marca y esbelta figura. Ese circo. Si escuchas la lluvia, con su tórrida incontinencia, dejando caer mares de lagrimas sobre los vidrios de tu empañada ventana, entonces sentís en tu interior la emisora de radio de mis pensamientos, este gran hermano de celebridades grises, este salpicón de libros sin leer, estas antenas de óxidos felices, y factores etéreos que corroen a razón del tiempo que van pisando.
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