Enterrado en un pasado con niebla y sin cielo oigo el rumor de que tu cuerpo ha cambiado, se ha expandido y está conociendo la mesa de ensaladas y la cava de los vinos. Dicen que tus alas se han abierto, pero para mi es solo adentro de tu jaula donde miras la luna, donde ves esas manos, donde sentís esa otra piel. Sola adentro de tu jaula, haciendo pedazos tu nombre, hiriendo con navajas mi recuerdo, borrandome todo, como yo a vos, quitandote uno a uno los seductores velos de la realidad y relegandote a tinieblas imprecisas donde el amor late salvaje y confundido por largas horas de sequía. Mandas un mensaje, el árbol se marchita, nada se parece a lo que era, nada se convierte en lo que fuimos, solo quedan letras y vacíos, pero pronto ya no quedará nada.
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