miércoles, diciembre 03, 2008

Viejo poema de la noche montevideana

En la noche donde nadie es nuevo
cada susurro puede ser un lamento herido.

Una lanza urbana daña el sentido
y los moradores cabizbajos
descienden cerca del peligro.

Cicatrices, cebollas, armas.
Un silencio afilado sumerge a la tierra
en una insondable quietud
y una helada paciencia.

Y las personas
delgadas, hermosas, patéticas
parecen pedir ayuda sin lentes,
sin intentos dañinos
de inmiscuirse en nuestras mentes,
cuando la noche es un bloque de brea
y la luna es un inmenso colmillo.


2 comentarios:

  1. que lindo que escribes, aunque suena a que son noches rutinarias pero peligrosas a mi me suena lindo cómo lo dices, a que es re tranquilo.. no se será que a mi me encanta montevideo..

    besos

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  2. Yo soy un amante incondicional de ésta ciudad, aunque a veces me deprima tremendamente y me haga pensar que estamos fuera del mundo y que cada día la corrosión del tiempo la deja un poco más cerca del infierno, pero todavía no... todavía falta un poco...

    Besos, gracias por estar

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