Agotado, abatido, apático
ando aventuras analgésicas
animándome a avanzar
pero no puedo.
Su corazón de paloma
me llama y me repele
con idénticas potencias
estoy partido en dos
estático entre el pánico
y el abandono.
Ya no se qué hacer
mientras el reloj a todos nos consume
y amenaza eternidades vacías.
No hay tregua
no hay calma
no hay adios
ni bienvenida
ni atajos
ni partidas
ni sueños
ni proyecciones
ni olvidos
ni más pasiones
que este lento devenir
de tu ausencia.