En la neblinosa ambigüedad de una ambiciosa espera
mis alas suben y bajan tan lento como mi alma
la luna se perdió entre las nubes, ahora no canta
mi mirada herida recorre con melancolía
el cielo donde la marca de una antigua babosa
tiene forma de vía láctea.
Ahora ya no recuerdo casi nada
tengo miedo de acordarme
los detalles de tu cocina,
el olor de tu ropero
los pelos de perra en el felpudo
mi mancha de humanidad
esparcida en el aire viciado
una primavera adormecida en la lengua
se resbala en un lamento silenciado
mientras la tele sigue como si nada
y el tiempo da otra vuelta sobre si mismo
enroscándose como una vivora
sobre la espada de la muerte.
Celosos los minutos
no sueltan el secreto de su suerte
el tiempo pasa flotando
sobre un abanico inerte
y yo me quedo esperando
los pasos al alba fresca
el contoneo de un cabello
la fragancia perfumada
del deseo....
acá sigo...
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