miércoles, abril 06, 2016

América de punta a punta

Me voy deslizando por los derretimientos de Montevideo
los témpanos ausentes persistentes indecentes
impertinentes congelamientos, otros vientos helados
por paseos de rosas donde la lluvia no se detiene

Todas las veredas dentro de un caleidoscopio
romance trenzado en tinieblas enfrentando una luna de sangre
para parrales y helechos, los últimos jazmines y un diente de león
toda esa falta de contacto se apresura a montar caballos cenicientos

Ahora el amontonamiento de próximos minutos
se irá suturando a sí mismo, susurrando, salivando obstáculos
altos portones de hierro, negros y definitivos
tu mano extendida del otro lado y a lo lejos
como un viento irreversible...

Y sin embargo bajo la puerta entra una luz bien finita
una promesa en un dedal minúsculo 
hablará de atesorar los besos que se vienen
y de la primavera
hasta el verano...


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