Viejo demencial
Inconéxo
en tu petit demencia
Con tu acento perdido
Y los ojos nublados de encanto
No dejás hablar a nadie
Porque en tu rosal
Queda poco espacio para la duda
Y te ves ridículo
Queriendo ser amistoso
Por la brisa avinagrada
Eras bleu...
Y ahora tierno
Y deshilachado
Solitario de bodegón
Cocido por horas
En una infusión de juncos
Y arroyos
Manteca artesanal
Sobre el mejor músculo
Del bicho
Y con el cuchillo
Más afilado de Paris
Comés como un gaucho
De la nobleza.
Estás borracho Francis!!
Recitando Manuelita
Se escucha tu risa
Y anocheciendo amapolas
Te pagás la vuelta.
Te veo diluyendo alcaucíles
En perfumes de panceta
Cuando los alquímicos fuegos
De novillos y espárragos
Logran volverte una materia sublime
Que finalmente se pierde en el silencio.
Entre carpinchos
y playas secretas del sur
Caminas hormigueros
Mientras el pasto
acaricia y repele tus botas
Entre lilas calladas
Y espejos de agua.
Viajas en tu desconsuelo
Con ramos de perejíl
Reventando ajos
Y quemando tomates
En aceite de oliva
Un carancho herido de poesía
Te advierte cocinar
Fuera del mundo
Aterrado por el ruido del chajá
Sonreis en el atardecer
Frente a un pequeño zorro
Aturdido por los aromas de tu plancha
Que también te mira
Y te niega
Inconéxo
en tu petit demencia
Con tu acento perdido
Y los ojos nublados de encanto
No dejás hablar a nadie
Porque en tu rosal
Queda poco espacio para la duda
Y te ves ridículo
Queriendo ser amistoso
Por la brisa avinagrada
Eras bleu...
Y ahora tierno
Y deshilachado
Solitario de bodegón
Cocido por horas
En una infusión de juncos
Y arroyos
Manteca artesanal
Sobre el mejor músculo
Del bicho
Y con el cuchillo
Más afilado de Paris
Comés como un gaucho
De la nobleza.
Estás borracho Francis!!
Recitando Manuelita
Se escucha tu risa
Y anocheciendo amapolas
Te pagás la vuelta.
Te veo diluyendo alcaucíles
En perfumes de panceta
Cuando los alquímicos fuegos
De novillos y espárragos
Logran volverte una materia sublime
Que finalmente se pierde en el silencio.
Entre carpinchos
y playas secretas del sur
Caminas hormigueros
Mientras el pasto
acaricia y repele tus botas
Entre lilas calladas
Y espejos de agua.
Viajas en tu desconsuelo
Con ramos de perejíl
Reventando ajos
Y quemando tomates
En aceite de oliva
Un carancho herido de poesía
Te advierte cocinar
Fuera del mundo
Aterrado por el ruido del chajá
Sonreis en el atardecer
Frente a un pequeño zorro
Aturdido por los aromas de tu plancha
Que también te mira
Y te niega
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