martes, marzo 14, 2017

La cachimba del ocaso

La tarde se fugó
De toda descripción
Escapó echando rosas y violetas
Por la quietud del horizonte
Ahora reinan los mosquitos
Mis labios dulces sin motivo
La luna llena aplasta al río
Estamos cerca de las olas de plata
Sopla la brisa del adiós
Y de la intensa madrugada

Eterna errante
Princesa en la bacanal
Manos distantes
Autos en el centro
Semáforo insomne
Que acredita muertes
Detrás de las miradas

Avenida Uruguay
Rugido tácito
Pasa la última gente
Y yo en un whisky
En un cigarrillo
Los miro como al pasar

A nadie dolió el crujido
Más que a mi
Y a mi arsenal de puertas
Ese lamento punzante
Esa soledad de aurora
Sobre viejos adoquines
A nadie dolió más que a mi
O tal vez a ella...

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