En mi patio se calmaron las hormigas, solo el viento se anima a susurrar los secretos del verano. Mi perra echada sobre el pasto húmedo, tal vez oyéndolos, se rasca la oreja y emite sonidos guturales mirando la calle vacía. El nogal centenario baraja la brisa, mientras todo es domingo, todo es agua dulce, manantial solapado por demoras infinitas. Parece haber consenso sobre lo vacío de este febrero pandémico, ventanal sucio que da a un pozo sin fondo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario