Como un animal lento que mira el horizonte, como una puñalada en el cielo por donde la hemorragia del amanecer se vuelca sobre el mar con delicada violencia, mi alma camina sobre los bordes de una vela, hecho sombras, vuelo hacia alla, siento que me desdoblego, hacia una forma que no puedo entender, hacia una solida forma de viento salvaje. El dia transcurre hermoso y se trepa por las aristas de un silencio poblado de voces. Tu recuerdo se hace arenal y luego laguna y luego algunos niños sufren heridas por los afilados bordes y luego mi rostro se parece al del diablo y luego un silencio de hoja en tu alcoba y otro hematoma en mi corazon. Pero te vuelves preciosa, como una sombra petrificada, como una sentencia de sedas eterna, como una pasajera en trance de mis venas, del rubor repentino de mis mejillas, de mi respiracion. Preso de un romance de enredadera, me estiro hasta una luna hueca de marfil y sorbo lentamente el nectar de tu respiracion aunque no estes. Anhelo los bordes espumosos de tu rio de piedras redondas, de tu curva de mariposa que vuela en circulos alrededor de una idea fija. Me concentro, voy vaciandome y acercandome...
Sí. Y estiro(a) la mano para ver si mis (sus) dedos pueden tocar, por lo menos, uno tuyo, y así acercarte, un poco más y no dejarte mutar hacia diablos o cortinas de lluvia difíciles de atravesar. ¿O no?
ResponderEliminarOf course.
ResponderEliminarmuack muack muack