También encontré en estas noches
una respuesta para mi solitaria pregunta,
una voz para mi voz desabrida,
un portal de sueños y proyecciones,
una amiga, una compañera en la noche.
Cuando no hablo con ella la extraño
cuando hablo con ella necesito verla.
El alba nos abrazo casi tres veces
envueltos en palabras y gestos
llenos de sentido.
Ahora ella tiene que dormir...
por eso le escribo, como si leyera.
Pero yo estoy despierto
y pienso en ella.
Mi corazón puede mentirme.
Mi ciego deseo de ser suyo,
puede ser despedazado
pero no importa...
Niña de las mas viejas predicciones
o mujer que sopla con el viento de otoño
no se todavía quien sos, pero imagino como.
Presiento el olor de tu cuello,
el rubor exacto de tus mejillas,
tu dolor de animal exhausto,
tu placer de cauto predador,
presiento tus pasos
en otra de mis auroras,
la de mañana, quizás...
puede ser.
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