jueves, marzo 10, 2011

Poema de madrugada para Lola

Me estrellé contra tus luces, nena
estoy perdido en un mundo de divagues
solo me alcanza el olor de tu piel,
la honda caricia de tu mano.

Estoy bailando sobre el humo
en este tibio amanecer de marzo.
Me robaste todas las letras
los pensamientos y el latido.

Será por eso que tiemblo en la penumbra
que me aferro a un temor de antaño
que parezco un opa, intentando seducir
a una hoja que cae del árbol,
al sencillo y delirante brillo de tus ojos.

Será por eso que tengo este miedo de perro
esta nostalgia por un tiempo que todavía no llega
esta acidez de enamorado
esta poesía tan cursi...

Ahora estoy en casa
deliberadamente
pensando en vos.

Se me retuercen las tripas
con solo pensar que estas conmigo
más allá de las promesas
más allá de la trancadera
del sueño y la realidad
de la libertad y el encierro
de la fortaleza y la cobardía
más allá de nosotros mismos,
yo también estoy contigo.

Más allá de no estar juntos acá
puedo decir que estamos juntos
acá.

Me miro con temor al espejo de mis sombras
me veo con tus ojos, respiro tu aroma de hembra
y me derrito, me fundo para siempre en un deseo
constante.

Y pordás no creer en mí.
Podré tenerle una fobia tremenda
al hielo rotundo de tu alma en un futuro,
pero no.
No pienso renunciar a tu presencia,
tatuadas dejaste tus huellas
por mi cuello.

La luz se asoma en la triste ventana
sigo contigo,
amparado ahora en la soledad de mi casa
estoy contigo y siento como mío
aquello que te hace sufrir
y te despeina en medio del desierto.

Este viaje hacia el mar de tu mañana
ha sido totalmente distinto
las flores de papel al lado del camino
hablan de algo que casi había olvidado.

Quedarán poemas cuando salga el sol
de una vez y para siempre,
quedará esta magia primitiva
de dos bichos que se miran
y se dicen que se quieren
sin decirlo.

Estoy Seguro.



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