Erosión accidental de las aristas de la mente
multitud de sombras al acecho tras cada huella
aroma de terror entre los lánguidos pinos de la noche
yo que viajo para no encontrar
y el mundo que gira
abrasivo, abusador, indómito.
La noche absurda desbordando presentimientos
perímetro sagrado donde reina la ausencia
y los acertijos cada vez más helados
se hunden metro a metro en la profundidad del ser..
Todos los ojos con sus respectivas miradas
atravesando el pulso errante de mi sangre
dejaré mi firma en la vanidad de la bruma
y seré la niebla, informe, sórdida en su hondo lamento
Curiosidad mortal por los callejones donde mueren los gatos
ella lo perseguía con un arma cargada de soledades
y lo invitó a perderse para siempre en los rincones del olvido
con un sonajero de sombra apretado al rededor de su cuello
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