Tierra de zombies
Edulcorada por carrozas
Velos descosidos
Arritmia en segundos impares
Y guantes que apartan minucias
Lejos de atardeceres rodantes
Y espaldares lánguidos
Que se hunden hasta la médula
Y digieren diccionarios
Con tal de enhebrar planetas
Por órbitas cuadradas
Pacientes, distantes
Insostenibles antifaces
Descolgarán frivolidades
Para quedarse en blanco
Ante torbellinos de melancolía
Esa palabra de mierda
Sandwich corrupto
Que acaso alimentaría
Torturas de medianoche
Bajo la sombra de un árbol
Candil silencioso en viejo murmullo
Profundidad de aljibe
Dentro de horas como collares
Que desmayan con ansiedades
Estrellas de otras colmenas
Playas vehementes partidas
por silencios de ahogado
Alisando ondas de antojo
Cocinando cruda carne ahumada
Devanando hilos de cometas
Que pinchan y cortan
Que besan y asustan
Cielos de madrugada infinita
Paseos en bicicleta
Amanecer de golpe
Canto de los pájaros
En los primeros rayos
Una canción rebota en mi dientes
Mis dedos inquietos
Que persiguen tocarla en la guitarra
Largo patíbulo de sombras
Por el que se escurre la vida
Como un liquido primordial
Escurre su luminosidad
Ante miradas absortas
De necios espectadores
Contracción del pecho herido
Con tal de ahuyentar espectros
Vanas proyecciones
De reprimendas atoradas
En telaraña y lagrimas de loro
El sueño me agarra la manga de nuevo
El sol dormido en mi bermuda
Estudia retiradas y señales de humo
Por centenas de carreteras
Arrugadas por camiones
Perros gigantescos
De deseos desesperados
Detrás de debilidades delirantes
Maña del corazón
Relleno de fiambres febriles
Patada eléctrica
En silla de plomo
Para descongelar amnesias
Entre los mudos conventillos
Reloj de arena rendido
Ante mensajes de texto
Y vidrieras adivinatorias
De atribulados discursos
Paso redoblado hacia el destino
Marchar siempre hacia la sierpe
Descolgando pirámides
Para vestirlas en la mirada
Y seducir con ellas
Blandos racimos
De desordenada estática
Y ajedrez de mármol
En tempestades sin sombra
Magulladura sangrante
Hechizada por disonancias
Perturbada en castillos de polvo
Protagonizando espasmos
De ventanas poseídas
Y retazos de sueño
Pisoteados, con armadura
Chaleco anti balas
Sobre tisanas para el alma
Protege órganos vitales
Hechos con vapor y lunas
Bisturí y regadera
Remache, cromada corona funeraria
Qué oro compra el anestésico
Para la lubricación de mi sequedad
Cuanta ralladura de almendras
Necesitaremos para despertar
De esta epidemia de insomnio
Que colonizó los fermentos
De mi ausencia chiclosa y dura
Brillan tus ojos
Párpados de carretera
En corrida incesante
Lejos cerca
Dentro fuera
Pan de amargas cavidades
Atiende la sincopa de nuestra crisis
Para deteriorar pesimismos
Y dejar enjuagar las lejanías
En fuentes acorraladas
Por arenales y aguadas
De otra generación
Partiré para la caminata
Que inundara de misterios
Una nueva noche de enero
En busca de frugales repuestas
Que dejen acaso
Un vamos
Un vení, ándate, quédate
Y me voy a dormir
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