Telón descorrido tras todas las veredas del mundo
abanico prohibido donde amanecen caricias
el alma de trapo y cartón que recorre la madrugada
enamorada, embriagada de arsénico salvaje
vamos siguiendo el rumbo de los planetas
ensimismados por un embrujo antiguo
que deshoja margaritas en la esquina del tiempo
ver así, tu rostro perfecto
desdibujando de a poco sus formas
en la penumbra gris del atardecer
mientras tus ojos brillan de encanto
nos miramos
y yo me siento una hoja de pasto
en la cantera del universo
temblando por contener
esa palabra que casi se escapa
esa palabra que no es palabra
porque en medio de la vorágine de nuestras vidas
encontramos un día en el que nos quedamos quietos
abrazados y desnudos ante el tiempo incontable
un día sin cerveza, sin whisky y sin vino
por el que transitamos montados en una sonrisa
y yo me velo, se me va la angustia
de no ser...
y vos te olvidas de correr
te dejas los championes al costado de la cama
en una irrealidad de ensueños
donde fuimos uno solo
un solo cuerpo de mármol
amarrado al muelle perdido
de un reloj que gira para atrás
alienados, perplejos, felices
pasamos en la cama
atados a los besos que queman
prendidos a un cometa
alucinando que existe otro mundo
atrás de esta carcaza de perro
atorados en un secreto de frutilla
no sé cómo explicarlo mi amor
no encuentro palabras en mi cabeza rellena de flores
para decirte cuan agradecido estoy
cuan feliz me hace que hayamos coincidido
en esta tierra de dolores y soledades
en este cantegril triste y difuso
donde la gente suele ser solo un espectro fugaz
que transita en la vacuidad de los silencios
pero nosotros no, ayer no,
porque soltamos la virulencia del sabotaje
para atacarnos con placer
para entrecruzar los dedos como un mimbre tejido
deseando en silencio que nunca se termine
porque es así, no hay caso...
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