viernes, enero 15, 2016

Te digo bien

Roca erosionada por lágrimas
Que secaron ríos de invierno 
Al calor de aleteos fugaces
Esta mañana cambié, no sé 
La grieta de esta hora aplaca
A mi reventado corazón 
Paloma triste de la plaza matriz 
Antídoto de sueños de verano 
Que corrige a la baja 
las proyecciones del alma
Hilo de agua cristalina 
Desembocando en bares 
Donde los ojos son diamantes
Y el pulso se acelera sin medida
Fluctuamos, pobre de ti
Tan descreída de la magia 
Perdiste el poder de soñar 
Eternas primaveras de júbilo 
Acobardada por puñaladas 
Víctima de una realidad inexistente 
Das vuelta la mirada 
Pero hay en el fondo de tu abismo
Un candil de oro antiguo 
Que duerme protegido 
Por centenares de razones
Descoloridos mapas de bruma
Por donde yo deambulo 
Con el corazón en la mano 
Batallando con los dragones  
De tu aguerrido medio campo
Tus sagueros de plata 
Apostados con rifles para gorriones 
De gatillo fácil, balas de plata 
Con cruz en la punta 
Recorren el aire fugitivo 
Para atronar tristezas 
En cabezas de alfileres 
Y deshojar pensamientos 
Y alegrías y geranios
Y jazmines y reinas de la noche
Haciendo tiempo por querer 
Destruyendo acordes por venir 
Incendiando paraísos futuros
Por esa corroída certeza 
Que me va desmotivando 
Pero no va a ser tan fácil 
Voy a dejar la sangre en la arena 
Y tolerar las cornadas 
De Tu salvaje toro de lidia 
Porque tan solo la idea 
De permanecer contigo 
Vale la muerte y la resurrección 
De tristezas y glorias impensadas 
El aplomo que distingue mi pisada 
Es alquitrán indeleble 
Rastro de humo dulce
En la indecisión de tu madrugada 
Sé que la otra noche eras feliz
Disociada del pánico invencible 
Un vértigo te tiró a mi abrazo 
Y un momento duró la eternidad 

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