martes, marzo 01, 2016

Cosas que vengo repitiendo

Descomprimir la longitud 
de mis dedos inquietos
Y trancarse al cantarte 
Porque me pasa por arriba 
La melodía de tu distancia 
Al sur del sur del sur 
En la ciudad vieja
Bajo la luna de febrero
Calle colon es una hoja vacía 
Donde se aturde mi inspiración
Al pensarte, al buscarte 
Cuando soy radar y brújula 
Que acusa tu dirección 
Tus alas de risa inmensa 
El punto cardinal de tus caderas 
Atardecer cascarrabias 
Estéril conglomerado de alegrías 
Barriendo soledades y sopas
Caldos villeros de lenta maquinaria
Atendiendo a la armonía 
Por los pretiles del miedo 
Avanzar y caer 
Saltar y volar y cabecear
Neblinas de verano 
Estrellas picoteadas 
Por gallinas de barro 
Miserias y pequeños tesoros
Qué vamos a abrazar con fuerza
Porque hay retazos, pistas
Satélites y cometas de silencio 
Que orbitan por tu palabra 
Callado contenedor de furia 
Ancestral capullo de rebeldía 
Incluso en esta noche 
En la que sos leyenda 
Cuento de hace un mes 
Que hace estremecer al pueblo 
Como frazada corrida 
En tempestades de Aurora y sabor
Sábanas batidas y un lugar
Intimo, ínfimo, infinito 
Indómito, intrínseco 
A la debilidad y el endemonio 
Par de chancletas junto al océano 
Vulgaridad de silbido y motor 
Ómnibus vacío en perpetuo mar
Que va y que viene 
Por los callejones de tu voz cascada 
Te deseo con sal, de todo tipo 
Óxido de azufre, de nuevo mis dedos
Lisos, locos, libertarios, 
En revolución de cadenas vencidas 
A fuerza de dolor y penurias
A fuerza de volver a esperar 
Lo inesperado, lo improbable 
Lo inverosímil de tu llamado 
 Que confieso esperar
Aunque se que no va a llegar
Porque ya avisaste que no
Que ibas a juntar los cachos 
De la noche de espejo 
Por caminos de bailes y delfines
Que son sol de otras playas 
Tangente que me esquiva
A propósito, me saca la lengua 
Y ta, obvio que acato pinceles 
Por el amanecer descolorido 
Y soy silencio que suena cadena 
Por la calle buenos aires 
Necio domador de espinas 
Que no entiende de mandos 
Ni de órdenes altivas
En pos de una seguridad 
De verde papel glacé
Quiero reírme 
Pero soy otro muro de gelatina
Flotando en dudas carneras 
Y pasajes de libros olvidados 
Entonces no puedo 
Hasta parece que no quiero 
Soltar la cometa de este sueño 
Quiero apretarme en la suavidad
Será de miel agresiva y dominante
De todas tus obras maestras
Cada detalle de la gran creación 
Que se te patinó por los codos 
Hasta mi sombra perdida 
Y vanidad por la que se agoten 
Horas como hojas de sauce 
Velocidad de Dolores bohemios 
Paralizaron una vez aquel ardor
Y danzaron como cebras 
Entre los primeros rayos naranja
Y una alucinación de escote
O preposición de ataque 
Mandíbula y carótidas 
Que abalanzan estrellas de coco
Agua cristalizada de un rocio viejo 
Alianza de perros que se han perdido
En una emancipación de cuero negro 
Que es repisa de trofeos
En la que volcó un pizarrón
Y se ahorcaron las hormigas 
De la noche mas honda
Mas temblorosa y puntiaguda 
Esa noche agridulce de plumas
Gansos y metralletas 
Globo de prisa y prosa lejana 
Sonido de un tren que pasó
Voy a darle cumbia 
Azotar caballos de agonía 
Y correr carreras de dolor
Por la playa del cielo plateado 
Arco de fuego por el que saltamos
Y nos quemamos todos los besos
Y abusamos de la plaga
Y reiteramos collares de cuentas 
Perlas de mercurio 
En la larga y perpetua presencia 
Que endulza pulmonías y techos 
Pido que me llames
Decreto terminar el día con vos
Vas a aparecer, llena de vos 
Llena de tenedores y pulseras
De perfume de antro 
Y velocidad detenida en plataformas 
Necesita fusilar gaviotas 
Frente al río argentino 
Plaza de rubíes inciertos
Que reverberan en andenes
Por todos los vacíos
Por todas mis heridas 
Por todos los venenos
Por todas las carreteras
Las avionetas, paracaídas
Botes de papel
Cascara de almendras
Necio tropezar una y otra vez 
En busca de otro instante 
Flash de muñecos de acción 
En inagotable repetición
De autismo y capricho 
Quedaran rectas y penachos negros
Quedaran escudos y yelmos
Sobre la chimenea de un gato 
Solucionábamos prismas
Cadencias de merengues 
Cuarteto y reservado cabernet
Pisábamos el suelo irreal 
Como plumas de cóndor 
Entre hordas de peligros 
Y banderas y películas 
Y trapecistas demente

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