Al sur del atardecer
Arde tu sombra lejana
En el mismo escape fabuloso
De siempre
Siento que te despedís
Nos hablo
Nos recuerdo vivos
Tomados de la mano
Aquella vez que abriste
La ventana
O allá en la Unión
O en las 3 a.m. del chulo
O en las hamacas
Hablando de Colombia
O bajo la palmera
Del primer domingo
Ahora puedo decir miedo
Naturalmente
Miedo a no volver a tu balcón
A no encontrar más
Consuelo en tu mirada
Yo Volvería a reír
Y Brillaría la luna
Si el guardián de nuestra suerte
Abriese la cara de los dados
Si el corazón pudiese
Desgarrar la furia de esa noche
Su amarga decepción
Y existiese un abrazo ahora.
Cómo paro de vivir
Aquella mañana de enero
Cuando dormiste
En mí?
Cómo cuando
Son las 6 de la mañana
Y yo sigo pensando en vos
Creyéndote
Siguiéndote con dolor
En tu aventura de descubrimiento
En tu obsecna mueca de desencanto
Trepados al camión
Se fue todo a la mierda
La noche aquella
En que debimos callarnos
Y en cambio bebimos
Como demonios festivos
Y fuimos todo sangre necia
Todo pánico de asesinos
En negro fragor suicida
Pero los caminantes
Siempre pueden regresar
Despacio por la orilla
Temprano en la mañana
Aunque vos no me esperes
El día nos espera a ambos
Con latas y violetas
Con ventanas y botellas
Los versos visten el camino
De la estación perdida
En este invierno que nos dará caza
Tan lejanos y desconocidos
En nuestra intimidad
De viejos enemigos
Antiguos versos que al cantar
Devuelven a mi boca otra alegría
Recuerdo de nuestra bacanal
De la murga sol y la murga luna
Angosto vado en el rio del vino
Por donde se pierde Montevideo
Tras el final del carnaval
Y yo espero tu reencuentro
Aunque se van los días
Y parezca que solo habrán
Flacos racímos de noches
Sin nosotros
Se van tus besos
Y las trampas del destino
Doblegan su veneno
Pero sigue intacto
El perfume de tu pelo
En mi ciudad
Te invoco en mis manos
Reclamo en la voluntad de mis labios
Tu reaparición sonriente
Como el retorno de la muerte
A un renacer definitivo
Que vuelque ya más vida
Y que nos regale su luz
Por una vez no ensombrecida
Con feroces sabotajes
Temerosa humanidad
Que se pudre sola
En olivos como murallas
En nogales como ejercitos
Tras una noche púrpura
Donde exista lo imposible.
Arde tu sombra lejana
En el mismo escape fabuloso
De siempre
Siento que te despedís
Nos hablo
Nos recuerdo vivos
Tomados de la mano
Aquella vez que abriste
La ventana
O allá en la Unión
O en las 3 a.m. del chulo
O en las hamacas
Hablando de Colombia
O bajo la palmera
Del primer domingo
Ahora puedo decir miedo
Naturalmente
Miedo a no volver a tu balcón
A no encontrar más
Consuelo en tu mirada
Yo Volvería a reír
Y Brillaría la luna
Si el guardián de nuestra suerte
Abriese la cara de los dados
Si el corazón pudiese
Desgarrar la furia de esa noche
Su amarga decepción
Y existiese un abrazo ahora.
Cómo paro de vivir
Aquella mañana de enero
Cuando dormiste
En mí?
Cómo cuando
Son las 6 de la mañana
Y yo sigo pensando en vos
Creyéndote
Siguiéndote con dolor
En tu aventura de descubrimiento
En tu obsecna mueca de desencanto
Trepados al camión
Se fue todo a la mierda
La noche aquella
En que debimos callarnos
Y en cambio bebimos
Como demonios festivos
Y fuimos todo sangre necia
Todo pánico de asesinos
En negro fragor suicida
Pero los caminantes
Siempre pueden regresar
Despacio por la orilla
Temprano en la mañana
Aunque vos no me esperes
El día nos espera a ambos
Con latas y violetas
Con ventanas y botellas
Los versos visten el camino
De la estación perdida
En este invierno que nos dará caza
Tan lejanos y desconocidos
En nuestra intimidad
De viejos enemigos
Antiguos versos que al cantar
Devuelven a mi boca otra alegría
Recuerdo de nuestra bacanal
De la murga sol y la murga luna
Angosto vado en el rio del vino
Por donde se pierde Montevideo
Tras el final del carnaval
Y yo espero tu reencuentro
Aunque se van los días
Y parezca que solo habrán
Flacos racímos de noches
Sin nosotros
Se van tus besos
Y las trampas del destino
Doblegan su veneno
Pero sigue intacto
El perfume de tu pelo
En mi ciudad
Te invoco en mis manos
Reclamo en la voluntad de mis labios
Tu reaparición sonriente
Como el retorno de la muerte
A un renacer definitivo
Que vuelque ya más vida
Y que nos regale su luz
Por una vez no ensombrecida
Con feroces sabotajes
Temerosa humanidad
Que se pudre sola
En olivos como murallas
En nogales como ejercitos
Tras una noche púrpura
Donde exista lo imposible.
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