domingo, diciembre 03, 2017

Perseguidores

Los que perseguimos. Los que como lobos o halcones buscamos en la inmensidad de la sombra, la presa de nuestra necesidad. Somos los que nos apasionamos, perseguimos polvos de constelaciones inexactas para quedarnos, muchas veces, con las migas de nuestro arcoiris, cagadas por el cordón de la vereda. Somos los predadores de nuestro destino, escuálidos, con cicatrices de sarna, con los ojos llenos de heridas y las fauces siempre rabiosas, llenas de amor por la vida. Los que persiguen. Los que jamás huyen, porque son la huída en si misma, porque van escapando de la muerte que guardan todas las esquinas, van hacia el bocado más selecto de sus propias inflamaciones. Somos la cólera y la paz del Jaguar. Perseguimos. El mundo es poco más que un blando montón de formas a nuestra merced y sin embargo vive escapándonos, ilusión de horizonte en barrigas agujereadas para siempre. Nunca nos va a arrastrar la corriente, porque somos la corriente, la vida imposible que brilla en sus ondulaciones, toda la ferocidad del azar es nuestra única herramienta. Vamos, siempre vamos. Perseguimos. 

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