domingo, octubre 30, 2011

The Game - David Fincher

En la noche. La corbata negra versus la camisa de cuello ancho en la escalinata donde los autos resbalan apuntando hacia el subterráneo. Silencio entre violonchelos que amainan una lluvia que no termina de aparecer. Teléfonos que suenan sospechosos semáforos en rojo que parpadean en una lavandería donde las conversaciones se repiten como grabadas por una máquina. Sordos taxis cuyas trabas se activan de manera automática  La mampara aparece como ese elemento impersonal donde se refleja una probable muerte. Se dirige hacia el muelle, la sangre envenenada se agolpa en cada curva mientras el Hudson helado espera al metálico chasquido del automóvil endiablado que se dirige sin remedio. El culpable corre, pero todo es solo un juego donde Michael Douglas no es Michael Douglas sino un asqueroso millonario que sube a la superficie mientras el puente de Brooklin enseña sus impúdicas luces recortadas contra un cielo negro encapotado. 

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