lunes, abril 18, 2016

La correspondencia de la Tarde

   Los días en Montevideo han quedado llenos de viento, ahora hace frío y por supuesto que la tempestad acecha detrás de cada rama en movimiento. Y está ahí, está acá, rociando de humedades polvorientas, la tarde gris, la tarde lluvia, la tarde migas de pan en la mesa. 
   La casa vacía, cuenta cuentos raros por los rincones al tiempo que hay perros, medio atorados en la lejanía y ladran, ladran como sin esperanza, le ladran a la nada, porque la nada es lo que llena los días en Montevideo, una vasta sensación de total vacío... y el viento, claro. 
   Si me detengo a ponerle el oído a este viento del que te hablo, encuentro armónicos sombríos, tan diferentes a lo que supuestamente debería de ser el mes de Abril, nada que ver. Hay una soledad latente en mis manos y en mis ojos, un duende enajenado que te busca a sabiendas que no, que por ahora no andás en la vuelta. Me acuerdo de las noches de Enero, vos estabas afuera, de licencia y yo iba sistemáticamente a la Isla a ver los ensayos y tomaba grapa cortada con agua y fumaba cigarrillos de contrabando y la murga prometía un Carnaval lleno de exuberantes misterios y cumplió, cumplió con creces porque anduvimos de la mano por el Parque Batlle, cumplió porque nos volvimos del tablado roncos y cantando y riéndonos y celebrando todo y porque llegamos y nos amamos y todo fue una tierna furia de humo sin sombra, porque todo fue ese mirarse a los ojos y sentir de todo. 
  Sin embargo ahora ta, como escribía antes, los días en Montevideo quedaron llenos de espuma lejana, de moscas persistentes en su búsqueda de algo, algo que no encuentran porque es imposible encontrar la nada, ellas describen movimientos brownianos y siguen enroscando la tarde, a favor de la noche negra y letal. 
  Te mando esta espiral de seda que resiste ante el bravo oleaje de tu ausencia, te mando una caricia perdida entre el polvo distante y quiero que sientas lo hondo del latido de este corazón, que balbucea de forma aleatoria, las letras de tu nombre, para un lado y para el otro por el tiempo que dura esta tarde llena de viento. 

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