Se me corta el aire
No llega a mis venas
Más que la nueva cercanía
De tu estrella aromática
Mezcla de plaza y de cielo
De ardor inesperado
Y juegos incomprensibles
Me voy desvaneciendo
En cada vaivén de tus manos
Me hago etéreo y traslúcido
En mi temblor solapado
Cantando contigo, te sueño
En el nacimiento de la primavera
Después de tormenta
Y negrura y cardos y ratas
Sobre las baldosas deshechas
Nace este brote impertinente
Esta ansiedad olorosa de flores
Que en el aire de mi cuarto
Se vuelve tórrido silencio
Al murmurar tu nombre.
Porque no me lo explico
Porque tampoco lo quiero entender
Solo me alcanza la ráfaga celeste
De estanque diáfano
Que de tus ojos me salpica
Y me restablece
A la vez que me persigue
Y conmigo se queda
Hasta despertar.
Y con la mañana...
Volver a contar las horas
En las que tu proximidad
Sea una inocente analgesia
Para el insomnio y los temblores
Que con esta opresión del pecho
Te recuerdan y te ansían.
Me quedo trasnochado
Fugaz pretendiente de sangre
Que sueña ser cuenco
Donde tu amor encuentre forma
Más de cuatro madrugadas...
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