martes, septiembre 24, 2019

Madrugada en Sarandí

El reloj golpeó un salero
Y sobre el asfalto de la Rambla
El cielo me devolvió cartas sin mandar

Su perfume se pierde 
último giro de un anillo de humo
Disolviéndose hasta el horizonte

Las horas de paz
Revuelven los miedos
La finitud y lo eterno
Pelean por una amargura
De garganta.

Se alivió la vereda
Vuelve el celeste del viento
A primaveras en blanco

Las lilas y los campanarios
Serán una sola materia
Cuando agarren la madrugada
En Sarandí. 


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